El nuevo modelo de selectividad «abre la senda hacia una homogeneización»

La Conferencia de Rectores, la CRUE, ha llegado a un acuerdo respecto a cuestiones básicas de la PAU, que ahora debe ser refrendado por las comunidades autónomas que, de hecho, tienen la última palabra. Aunque, confía López Muñiz, es de esperar que no haya grandes cambios. Su propuesta es, defiende la CRUE en un comunicado, es fruto de un trabajo «realizado en un estricto marco universitario, desde la más absoluta independencia, y al margen de alguna otra propuesta alternativa que planteaba aplicarse solo a algunos territorios del estado pero que, a juicio de los técnicos, resultaba poco viable y conveniente para el estudiantado», en referencia a la propuesta del Partido Popular. Y así, dice la Conferencia de Rectorses, se «abre la senda hacia una homogeneización en la que se podrá profundizar más en sucesivas convocatorias».

Los acuerdos pasan por fijar una fecha única los días 3, 4 y 5 de junio; por diseñar exámenes de 90 minutos; establecer la opcionalidad y asegurar la transición del 'modelo covid' al nuevo; fijar el porcentaje de preguntas competenciales y consensuar cómo se valorará la ortografía.

El principal motivo de los cambios es que la selectividad debe adaptarse a la LOMLOE, que recoge una forma de enseñar y aprender más competencial. «En Asturias ya eran así algunos exámenes, de hecho, hemos servido de ejemplo para otras comunidades», explica el vicerrector. La propuesta de 'Acuerdo de mínimos sobre las orientaciones de materias de acceso y admisión a la universidad' que han elaborado representantes de todos los distritos universitarios españoles recoge que «cada examen tendrá como mínimo el 20-25% de preguntas de carácter copetencial, que deberán responderse obligatoriamente». Ejemplo: en un examen de cuatro preguntas de 2,5 cada una, habrá al menos una pregunta de carácter competencial que será obligatoria.

Para presentarse, «será obligatorio haber adquirido el 100% de las competencias, pero eso puede suponer el 80% del temario», explica Muñiz. Y pone un ejemplo: «En lugar de poder escoger entre dos bloques (en Matemáticas, por ejemplo, entre Estadística y Álgebra), habrá que responder a todos los bloques, pero con cierta opcionalidad».

En cuanto a la ortografía, será valorada de forma conjunta con la «coherencia, cohesión, corrección gramatica y léxica y su presentación» en odas las materias de Lengua y las lenguas cooficiales. En esas pruebas valdrá un 20% de la nota. En las lenguas extranejeras, un 15%. Y en el resto de las materias, un 10%.

Se trata de un modelo «de transición», explica López Muñiz, para evitar cambios drásticos. El propio acuerdo recoge la intención de «minimizar el impacto derivado de la transición desde los modelos del año 2024 tipo covid» y el nuevo modelo. Por eso, se aceptará «la posibilidad de elegir entre varias preguntas o tareas en algunos de los apartados si así se estima oportuno».

En cualquier caso, no descarta el vicerrector que sea un modelo que perdure, dado el alto consenso que se ha logrado. En el caso de Asturias, el vicerrector asegura que será una prueba «equitativa» para los estudiantes asturianos.

En cuanto al debate sobre una selectividad única, López Muñiz lo tiene claro: «No es viable ni sería justa». El curriculum de Bachillerato es distinto en cada comunidad autónoma y el objetivo es lograr la mayor equidad entre alumnos.