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El borrador de esta reordenación de la sanidad pública asturiana, comprometida tras las elecciones autonómicas de hace año y medio, comenzó a tramitarse el pasado verano, después de varios meses de reuniones con más de 150 entidades, sociedades científicas, colegios profesionales, partidos políticos, ... sindicatos, ayuntamientos y asociaciones de vecinos y pacientes. A día de hoy, el expediente está en manos de la Comisión de Haciendas Locales y ya cuenta con los informes favorables del área de Presupuestos y Función Pública.
Falta ahora que los Secretarios Generales Técnicos den el visto bueno al documento, para «posteriormente pasar al Consejo Consultivo del Principado», según explican desde la Consejería. Ese será el último trámite a realizar antes de que el Consejo de Gobierno apruebe definitivamente un mapa sanitario que dividirá Asturias en tres grandes áreas sanitarias –en lugar de las ocho actuales– y dará lugar a una nueva forma de gestionar la sanidad pública en la región.
La tramitación administrativa del borrador que se ha presentado a lo largo de este año a las distintas partes implicadas llega a este punto tras un período de información pública en el que se presentaron 57 alegaciones. Formularon objeciones, entre otras entidades, las alcaldías de Navia, Coaña y Villayón, Podemos, IU de Langreo, catorce asociaciones ciudadanas –fundamentalmente del Noroccidente asturiano y de la Cuenca del Nalón– y algunos sindicatos y agrupaciones profesionales. Sicepa-Usipa, por ejemplo, cuestiona de raíz la utilidad y beneficios para los pacientes de la nueva organización que promueve de la Consejería de Salud.
Las alegaciones presentadas reflejan, sobre todo, «el temor a mayores desplazamientos de los pacientes» a los hospitales de referencia de cada una de las tres áreas sanitarias: el HUCA, el Hospital de Cabueñes y y el de San Agustín. «Se confunde hospital de cabecera con hospital de referencia», precisa la Consejería de Salud, que insisten en que «ni habrá un incremento de los desplazamientos ni se cerrará ningún dispositivo asistencial», algo que preocupa muy especialmente en las alas de Asturias. «Al contrario, se busca una mejor organización para mejorar la atención sanitaria de los pacientes más alejados del centro, que se beneficiarán de un acceso más directo a mejores servicios y prestaciones sanitarias», asegura el departamento que dirige Concepción Saavedra.
Con la actualización del mapa sanitario, se pretende «darle la vuelta» al servicio público de salud, optimizando los recursos materiales y humanos existentes; centralizando compras y gestión; y reduciendo la actual estructura directiva, articulada en torno a ocho gerencias, que pasarán a ser tres en cuanto se implante el nuevo modelo que el Gobierno autonómico lleva perfilando desde septiembre de 2023.
Cinco meses después, la consejera de Salud presentaba en sociedad su propuesta, que ha sido sometida durante todo el año 2024 al escrutinio de las partes implicadas en este proceso de reordenación sanitaria. Aunque se espera que el Consejo de Gobierno apruebe el nuevo mapa a principios de 2025 –Saavedra se había comprometido a publicarlo en el Boletín Oficial del Principado (BOPA) en el primer trimestre del año–, se necesitarán varios meses de margen «y adaptación» para que su entrada en vigor sea efectiva.
El mapa sanitario de Asturias que está actualmente en vigor data de 1984, es decir, tiene ya cuarenta años. Este sistema divide la región en ocho zonas sanitarias, una por cada hospital público. Con la reordenación que se está tramitando, esas ocho jurisdicciones se fusionarán en tres grandes áreas de gestión. Por un lado, bajo la denominación Occidente-Costa se agrupará la comarca de Avilés con el noroccidente asturiano, que pasarán a tener como hospital de referencia el San Agustín. Por otro, se creará el área de salud Centro-Suroccidente, fruto de la unión de Oviedo y los concejos de su entorno con la zona suroccidental de la región y la Cuenca del Caudal; en este caso, la cabecera será el HUCA. Y en tercer lugar, habrá un área sanitaria del Oriente, cuyo epicentro será el Hospital Universitario de Cabueñes y que estará formada por Gijón, Carreño, Villaviciosa, los municipios del oriente y del valle del Nalón. Poner en práctica este nuevo mapa sanitario supondrá reorganizar la gestión de ocho hospitales, 69 centros de salud y 34 consultorios locales. Aunque el Consejo de Gobierno apruebe el documento a principios de año, tal como está previsto, posiblemente habrá que esperar hasta después del verano para su implantación por la gran complejidad que eso supone. La Consejería de Salud baraja, de hecho, el mes de septiembre como horizonte temporal de ese cambio en la organización sanitaria que tantos «temores» genera, especialmente en los concejos de las alas de Asturias.
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