La nueva normalidad de los campings

Esta idea la comparte Yolanda Tella, gerente de A Grandella, otra zona en la que acampar situada en El Franco: «Los turistas buscan calle, bastante tuvieron con estar meses metidos en pisos». Eso sí, manteniendo su independecia. Según Tella, buscan «ver gente alrededor, pero siempre dentro de sus parcelas, con la distancia de seguridad de por medio. Están siendo muy responsables con las medidas».

Los bungalows se llevan la palma en cuanto a éxito por eso de que son todavía más seguros si cabe, pues «tienen baño particular, lo cual hace que el usuario se despreocupe con el tema de la higiene; y, además, tienen porche, así que van al bar a comprar las bebidas y se las llevan para tomarlas allí a su aire», explicaba la propietaria de A Grandella.

Hasta seis veces limpian y desinfectan las duchas de los campings. Así lo cuenta Antonio Amieva, gerente del de Deva, en Gijón. «Siempre limpiamos mucho, hacemos especial incidencia en higienizar este año, sobre todo en las zonas comunes».

En este sentido, Carmen Tuero, de Playa España, afirma que tuvo que contratar a una persona más para garantizar este servicio, pero en lo que respecta a distancias y aforo, dijo, «más o menos ya cumplíamos, pues por suerte, tenemos delimitada la zona ya de por sí. Únicamente los lavabos, que estaban muy juntos, ahora se usa uno sí, uno no».

El leonés David Gutiérrez tiene 36 años y no es muy asiduo a los campings. Sin embargo, este año pasará en uno diez días de vacaciones: «Asturias me encanta, pero no puedo gastarme mínimo 50 euros por cada noche en un hotel, así que cojo mi tienda de campaña y me voy al camping. No tengo muy claro aún a cuál, estoy barajando distintas posibilidades, pero, dada la situación, cuanto más tranquilo, mejor».

En general, «el usuario busca estancias más largas. Si antes la media era de tres días y medio, este año es de siete u ocho días», dijo Antonio Amieva.

También, dicen los gerentes y encargados de campings asturianos, ha cambiado el perfil del usuario: «Apenas vienen extranjeros, muchos, evidentemente, porque no pueden. Pero sí que viene mucha gente de distintos puntos de España», indicó María Valle, del camping Gijón Costa Surf- El Rinconín. Coincide con ella Miriam Marugán, encargada de la recepción en el camping de Buenavista, en Perlora: «Desde el 5 de junio solo ha venido un italiano y algún francés que se anima en su autocaravana, pero poca cosa».

Marugán asegura que lo que más les sorprende es el incremento de asturianos, «sobre todo los fines de semana». Algo que también sorprende a la encargada del de Playa España: «He notado que los de aquí vienen más a pasar un par de días al final de la semana, y suelen ser usuarios más jóvenes. Este año el campista mayor prácticamente ha desaparecido, supongo que será por el miedo a que le pueda pasar algo».

De León, Cantabria, País Vasco... Zonas más cercanas a la región, es de donde procede la mayoría de este nuevo turista en tiempos de COVID. «Pero también llegan muchos de Madrid, Barcelona, Murcia...», destaca Tella.

A pesar de no ser un año tan malo para este sector turístico, la realidad es la que es, y las pérdidas con respecto a otros años son evidentes. Julio ha sido un mes «bastante regular», para la mayoría, aunque agosto parece prometer. «En agosto estamos casi todos los campings ya completos, va a ser un buen mes, nos ha sorprendido la cantidad de reservas que hemos recibido», prevé Miriam Marugán. Aún así, de media entre diferentes campings, se prevé una caída anual del 40%.