Floribel Margaride, Ramón Ordiz, Natalia Lorenzo, Rubén Sadia y Sandra Ordiz, con el pequeño Raúl. E. C.

«Esta Nochebuena, a las doce estábamos de vuelta en casa»

La familia Sadia Ordiz trata de que Raúl, de dos años, disfrute de las Navidades pese a las restricciones

E. GARCÍA

GIJÓN.

Sábado, 26 de diciembre 2020, 02:03

Estas son las primeras navidades que Raúl, de dos añitos, siente esa ilusión desbordante tan única de la infancia en estas fechas. Vestido de Papá Noel, celebró la Nochebuena y la Navidad junto a sus padres, Sandra Ordiz y Rubén Sadia, en casa de ... sus abuelos.

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«Somos casi una única burbuja porque mis padres cuidan a mi hijo entre semana, ya que yo soy profe y doy clases por las mañanas y mi marido trabaja a turnos», explica Sandra.

Así que al final Raúl pasa casi todos los días en casa de sus abuelos maternos, Natalia Lorenzo y Ramón Ordiz. Es allí, en Santa Bárbara, donde habitualmente la familia se reúne para celebrar la Navidad. «Solemos juntarnos con amigos de mis padres, pero este año, por prudencia y para no superar el número máximo de comensales permitidos, solo vino una prima de mi madre, Floribel».

Pero el jueves y el viernes no fueron como cualquier otro día ni como las fiestas de otros años. La primera Navidad en la que Raúl fue realmente consciente de lo que ocurría fue también la de la covid. «Este año es el primero que se empieza a enterar de todo y estaba muy ilusionado». Ajeno a las restricciones, pasó la Nochebuena hecho un manojo de nervios al saber que Papá Noel se acercaba desde el Polo Norte, aunque su tío no hubiera podido hacerlo, como acostumbraba, desde Arabia Saudí, donde vive y trabaja.

Hay cosas que no cambian y el menú es una de ellas: sopa de marisco, langostinos, calamares... Eso sí, si normalmente la sobremesa se alarga, «en esta ocasión a las doce tuvimos que retiramos para casa».

Tras descansar, tocó abrir los regalos: un autobús de la Patrulla Canina y una bicicleta que tuvieron al pequeño ocupado durante todo el día de Navidad, que pasaron, de nuevo, en casa de los abuelos. El año que viene más vale que no haya restricciones, porque Raúl tendrá un hermanito al que enseñarle lo que es la Navidad. La de verdad.

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