María González coloca un adorno en la puerta de su casa, en Gijón, donde está confinada con su novio, Borja Valdés. C. SANTOS

Una Nochebuena diferente por la covid

Unas 7.000 personas pasarán las fiestas en casa por ser casos positivos. Hay quien cenará hoy en el salón y su mujer y su hija, en la cocina. «Tenemos una ventana pasaplatos, pero podremos hablar»

Viernes, 24 de diciembre 2021, 03:44

Juan Carlos Muñiz tenía pensadas unas vacaciones de Navidad perfectas en familia. Se irían a Oporto de viaje familiar. Disfrutarían en la ciudad lusa en la primera parte de las fiestas. Sin embargo, el pasado viernes, 17 de diciembre, recibió el resultado de su prueba PCR: positivo. Todos sus planes se truncaron con aquella llamada, como le ha ocurrido a las cerca de 7.000 personas que, en una aproximación, se estima que puede haber confinadas en Asturias entre las que han dado positivo y los niños que están haciendo cuarentena por ser contacto estrecho y no estar vacunados.

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Desde entonces, este vecino de Noreña está confinado en una habitación, separado del resto de su familia, y planeando cómo celebrar las fiestas. Él cenará hoy en el salón de su casa, con mascarilla, mientras su mujer y su hija lo harán en la cocina. «Tenemos una pequeña ventana 'pasaplatos' por la que me irán pasando la cena y así, a tres o cuatro metros de distancia, al menos podremos charlar durante la cena». Mañana, por el contrario, comerá solo en casa. Ellas lo harán con la abuela. «Son unas navidades que no imaginamos, pero no queda más opción».

La cuarentena continuará hasta el martes, 28 de diciembre, cuando espera recibir el alta. En su caso, los síntomas le llevaron a presentarse en el HUCA porque sus niveles de oxígeno eran muy bajos. «Me imaginé en la UCI, entubado, y pasé miedo», asegura

Por suerte, no tuvo que pasar por esa situación, pero ahora solo quiere terminar la cuarentena y poder volver a salir.

También confinado pasará estas fiestas Abraham Pola, mierense de 25 años, quien comenzó a tener síntomas el domingo 19 de diciembre y decidió hacerse un test de antígenos. «Di positivo y llamé para comunicarlo». Entonces, le hicieron una prueba PCR que terminó de confirmar lo evidente. Ahora, aislado en su habitación de Oviedo y con mascarilla, pasa la mayor parte del tiempo evitando el contacto con su compañero de piso, que se irá a Salamanca a pasar las fiestas con su familia.

Pola tendrá que cenar en Nochebuena y comer en Navidad solo, recuperando la tradición impuesta en el primer confinamiento: «Haré videollamadas con mi familia para no sentirme tan solo y poder charlar con ellos».

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«En la peor época»

También los gijoneses María González, de 26 años, y Borja Valdés, de 28, esperaban «por fin» pasar las navidades en familia tras la pandemia. Sin embargo, un simple mensaje electrónico con una PCR positiva, primero él, les daría la noticia de que este año les tocaría volver a tomar las uvas confinados en casa. «Toda esperanza de volver un poco a la normalidad se nos truncó en un momento», apunta María González, quien asegura que lo que menos se esperaba era acabar el año de esta manera: «Tuvimos suerte porque desde que empezó la pandemia ni nosotros ni nuestros allegados nos vimos fuertemente afectados. Soy consciente de que hay personas que lo han pasado muy mal e, incluso, hay gente que no puede contarlo». A esto Borja Valdés añade que «incluso pasamos un verano de lujo que, para nosotros, después de todo el año trabajando también era importante». En cambio, ambos coinciden en que esta es la peor época para «ser golpeados por el virus», pues «no hay mejor época para disfrutar de la familia y de los amigos».

La pareja vive junta desde hace casi tres años, pero aun así señalan que su propósito era pasar las fiestas con sus respectivas familias. «Nuestra situación es muy diferente», apostilla María, aunque afirma que ambos disfrutan al máximo de las fiestas, pues «es importante no perder la ilusión».

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Y su situación es diferente porque desde febrero del año pasado en la casa de Borja Valdés disfrutan de la presencia de una más en la mesa: su sobrina Carlota. «Lo que más pena me da es no poder ver a mi sobrina divertirse en sus primeras navidades, ya que el año pasado era demasiado pequeña para enterarse de algo».

«En mi caso -añade María-, mis padres se separaron hace muchos años y siempre me tocó repartirme entre una casa y otra, así que mis hermanos y yo pasábamos la Nochebuena con mi padre y Nochevieja, con mi madre». Hace dos años, María vivió en sus propias carnes el dolor más grande: su padre falleció tras una larga enfermedad. «Tengo recuerdos muy buenos porque preparábamos juntos la cena y eso me lo voy a llevar siempre conmigo». Pese a la covid, la cena en casa de la pareja va a estar hecha con el mismo cariño que siempre. «Pase lo que pase, no voy a agachar la cabeza y enfadarme por la situación», subraya María. «Me gustaría celebrar por todo lo alto que los que seguimos en la mesa estamos bien, nos queremos y nos acordamos de mi padre». Aunque se hace cuesta arriba estar 24 horas encerrados, coinciden en que «tal y como están las cosas, es mejor prevenir y salir solo para lo imprescindible».

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«La celebraremos en mayo»

A Fernando García Fonseca aún le queda ánimo para bromear con la cena de Nochebuena en el Hospital Valle del Nalón de Langreo, donde se encuentra ingresado. Este trabajador del servicio médico de la estación invernal de Valgrande-Pajares dio positivo por la covid-19 el día 9. Los síntomas fueron empeorando. «Sobre todo era la fiebre, que era muy alta». También perdió el olfato y el gusto. Luego los recuperó.

Ingresó en el centro hospitalario la pasada semana. Primero en Jarrio y después fue derivado al de Riaño, por cercanía con la familia. «Ya supe entonces que las navidades se habían ido al garete. Puede que me den el alta en breve, pero no habrá reuniones familiares ni nada parecido».

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Este langreano suele encontrarse con sus hermanos y con su madre en el concejo del Nalón. «Pero no vamos a jugárnosla. Si no se puede, pues no se puede. Ya habrá tiempo de juntarnos todos y celebrar estas fiestas. De hecho, ya lo tenemos hasta hablado, vamos a celebrar la Navidad el próximo mayo, cuando llegue el buen tiempo«, afirmaba con gracia. En la habitación no puede recibir visitas de sus familiares, pero asegura que no se encuentra solo. «Mantengo un contacto constante con mi familia vía telefónica. Y el personal sanitario es excepcional».

INFORMACIÓN EN LA QUE HAN COLABORADO COVADONGA DEL NERO, LAURA FIDALGO Y ALEJANDRO FUENTE.

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