La iglesia de San Andrés reunió este lunes decenas de vecinos que despidieron a Luscinda Mon. CV

«No le tocaba irse aún»

Los vecinos de Pola de Allande arropan a la familia de la fallecida por el argayo de la AS-15

CARLA VEGA

Lunes, 29 de noviembre 2021, 21:14

Pola de Allande se sumía en el silencio con cientos de vecinos ante la iglesia de San Andrés para dar el último adiós a Luscinda Mon, conocida como 'Lusci' en el concejo. La mujer, de 59 años, fallecía tras el accidente en el que se vio involucrada, junto con su marido y sus hijas, en la noche del sábado a la altura de Soto de la Barca, cuando el desprendimientos de varias rocas pesadas hizo que un trayecto que conocían bien se convirtiese en una pesadilla. Ante tal desgracia, todo el concejo de Allande se ha volcado con la familia, y han querido arroparles en estos duros momentos.

Publicidad

«Ella siempre era amable y sonriente con todo el mundo. Una mujer cercana y muy querida en Allande, aunque no viviese aquí», aseguraron unas vecinas antes de que se iniciase el funeral. Muchos de los que se agolpaban en la plaza conocían a Lusci dell negocio familiar, Casa Lozano, ubicado a apenas unos metros de la iglesia y que permanecía cerrado durante el responso. «Su marido lleva muchos años llevando esta cafetería y era muy normal verla por aquí. De vez en cuando también echaba una mano, y conocía bien a los clientes», explicó un vecino de Pola de Allande. Otros, sin embargo, destacaban la faceta ganadera de la mujer, quien tenía varias decenas de reses en Tarallé, el pueblo en el que vivían, a apenas unos kilómetros de la capital del concejo.

Las puertas De la Iglesia permanecieron abiertas durante toda la misa debido a la cantidad de gente que allí se agolpaba, que formaron un pasillo a la salida del ataúd del funeral. Aún en silencio, y sintiendo el calor de sus familiares, amigos y vecinos, las hijas de Luscinda abandonaban el lugar para acudir a la incineración de su madre, mientras que su tía, hermana de la fallecida, atendía a algunos vecinos antes de ponerse también en marcha. Se pudo ver alguna lágrima entre aquellos que la conocían, lamentando que se haya ido tan joven. «Si las carreteras estuviesen en otras condiciones esto no pasaría», repetían algunos. «Lusci era muy joven, alegre, siempre con una sonrisa… esto es muy triste, no le tocaba irse aún», comentaba una de sus amigas con lágrimas en los ojos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3 meses por solo 1€/mes

Publicidad