R. M.
GIJÓN.
Domingo, 21 de enero 2024, 01:10
Es el 20 de febrero cuando comparecen ante la prensa con cara de pocos amigos la ministra, Raquel Sánchez; el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, y el presidente del Principado, Adrián Barbón. Semanas antes la primera había tratado de capear el escándalo con ... el cese de dos cargos intermedios en Renfe y Adif. «Nos causaron un poco de hilaridad, porque no parecían los máximos responsables, pero lo de hoy es ya una voladura de parte del ministerio», expresó, locuaz, el cántabro.
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Lo cierto es que, cerca de un año después, ninguno de los altos cargos de Transportes sigue en su puesto. La renovación es total y está continuando con otras capas de la organización.
Aquel 20 de febrero la ministra exigió al presidente de Renfe, Isaías Táboas, y a su secretaria de Estado, Isabel Pardo de Vera, que dimitieran. El primero continúa en el consejo de algunas empresas del grupo Renfe. Su sucesor, Raúl Blanco, tras consolidarse, acaba de lanzar una profunda renovación de la estructura de la operadora, que incluye la salida por jubilación de su histórico número 2, el director general de Operaciones, José Luis Cachafeiro, por cuyo departamento pasaron algunas de las discusiones para resolver el problema con el contrato de la polémica.
Tras un tiempo alejada de los focos, Pardo de Vera reapareció esta semana en Asturias, presentando un equipo de consultores con el que va a iniciar un estudio que funcionará como plan logístico de la región. La idea es que el informe permita a la pequeña y mediana empresa asturiana visibilizar otras combinaciones para transportar sus materias primas y productos ahorrando costes. Eso y jerarquizar cuáles serían las inversiones más urgentes en infraestructuras. Pardo de Vera sigue siendo figura respetada y cotizada, a quien dirigen palabras de agradecimiento público (y consultas privadas) ministros, presidentes autonómicos, empresarios y cuadros del ministerio.
A ella le sucedió David Lucas, quien hubo de gestionar los meses posteriores al escándalo. Trató de recuperar aire con el Principado nombrando un comisionado de cercanías, unificando las tarifas de las redes de ancho métrico y convencional y haciendo la presentación de algo llamado plan de cercanías. También se le atribuye la decisión de ampliar la auditoría del fiasco ferroviario.
El principal cambio, no obstante, ha sido la salida de la propia ministra Raquel Sánchez, ahora reubicada como presidenta de Paradores. A principios de noviembre, antes de la inauguración de la variante de Pajares, mostraba su disposición a repetir en el Ejecutivo de Pedro Sánchez, pero el presidente tenía otro plan. A su sucesor, Óscar Puente, le ofreció incorporarse al gabinete en septiembre.
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El aterrizaje de Puente ha terminado por renovar a los altos cargos que quedaban. Es el caso del secretario general de Infraestructuras, Xavier Flores, quien se incorporó al ministerio con el problema de los trenes candente y puso sobre la mesa dos alternativas para resolverlo. Flores perdió el puesto a principios de diciembre; figura cotizada en el sector, duró poco libre. Recientemente fue nombrado consejero delegado de Transportes Metropolitanos de Barcelona. No queda tampoco la presidenta de Adif, María Luisa Domínguez, quien ha cedido la silla a Ángel Contreras. En el ámbito autonómico Adrián Barbón logró una reelección al frente del Principado que las urnas le negaron a su socio de batalla, Miguel Ángel Revilla.
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