La presión policial en Galicia contra los narcos hace que cada vez llegue más droga a Asturias. Los narcotraficantes han encontrado en la costa de la región un punto para la entrada de cocaína. El caso más reciente ha sido el hallazgo por parte ... del Helimer esta pasada madrugada de 200 kilos de cocaína flotando en el mar, cerca de Cudillero, aunque se estima que el alijo sea superior. Los tres tripulantes de una zódiac a punto de hundirse (los tres de origen argenilo) fueron detenidos por la Guardia Civil y la investigación se centra ahora en saber de qué barco provenía esa droga.
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El aviso más evidente lo dio el 'Nehir', el narcocarguero interceptado a 120 millas al norte de Cabo Peñas. Fue en febrero de 2021 y el alijo que transportaba era tal que la tripulación, al ver que llegaban los agentes, optó por activar un mecanismo de hundimiento y se puso a tirar fardos por la borda. Prefirieron poner en riesgo su vida a caer con todo el material. Los agentes recuperaron 1.800 kilos de cocaína, estupefaciente valorado en unos 60 millones en la calle. El operativo para reflotar el barco hundido frente al puerto gijonés fue espectacular.
Los nueve tripulantes del barco 'Nehir' fueron condenados a 82 años de prisión por transportar 1,8 toneladas de cocaína desde Colombia, el mayor alijo aprehendido en el Cantábrico en la última década. Los procesados, detenidos en febrero de 2021 en la costa lucense y juzgados en marzo de 2023, interpusieron recursos alegando que se había vulnerado la apreciación de la prueba y que el abordaje del barco «había sido nulo, ya que no se acreditó la autorización por parte de la República de Palao». Pero la Audiencia Nacional ratificó meses después la condena.
Consideró probado que todos eran conocedores de que llevaban la carga ilegal y tomaron medidas para evitar ser descubiertos: apagaron las luces del barco, cambiaron de bandera en Mauritania, de número de identificación del servicio móvil marítimo y desactivaron el Sistema de Identificación Automática. Cuatro de los tripulantes confesaron en la vista oral que llevaban la droga a bordo «a cambio de unos 50.000 euros para cada uno». El resto aseguró que no sabían que transportaban mercancía ilegal.
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Marzo de 2023. El capitán del 'Iraklis', un barco con bandera de Liberia que atracó en Gijón, alerta a las autoridades de la presencia de un polizón. El hombre, de nacionalidad colombiana, fue detenido por tratar de meter en la ciudad cerca de 200 kilos de coca. El barco había partido dos semanas antes de Barranquilla cargado del combustible sólido coke para ArcelorMittal.
El arrestado pertenecía a una organización criminal colombiana que pretendía abrir una nueva vía de entrada de droga en Asturias. Los fardos que portaba estaban perfectamente embalados. Todo estaba medido a milímetro pues el polizón viajaba oculto y provisto de alimento y bebida necesaria para la travesía, «perfectamente pertrechado para garantizar la llegada de la cocaína a la costa asturiana». Además, el sistema empleado le permitía tener perfectamente localizada la droga, incluso una vez que fuera arrojada al mar o trasbordada a otro lugar.
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Hay que remontarse a 2002 para recordar la 'operación Charlie'. Hace más de dos décadas sucedió uno de los más importantes golpes al tráfico de drogas desarrollado en Asturias. 1.340 kilos de cocaína escondidos bajo el casco del barco de bandera panameña 'Romios', procedente de Venezuela y que tuvo en jaque a la Policía durante varios días. Sabían que el buque en cuestión, atracado en El Musel, portaba un enorme alijo de droga, además de la chatarra que legalmente transportaba hasta Hamburgo (Alemania). Pero no la encontraban.
La sustancia estupefaciente estaba oculta entre látex, en un doble fondo de la cubierta de popa. La inspección duró veinte intensas horas. Participaron cinco agentes de la Policía Judicial de Madrid, otros siete miembros del Grupo de Estupefacientes de Gijón, y 'Rex' y 'Nula', dos perros especialistas en detección de droga. Mientras la Policía no dejaba rincón sin examinar, en la cocina del carguero interrogaban al capitán y al primer oficial. Se negaban de plano a colaborar. En un primer momento no estaba previsto que el 'Romios' atracase en Gijón. Fue decisión de última hora del capitán de origen alemán, Hermann H., para proveerse de víveres.
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Pero si hay un alijo que se recuerde en Asturias fue el de Salave, el mayor de la historia, la friolera de 5.000 kilos, la mayor incautación de un alijo de cocaína en Europa. Era el año 1997 y el escenario, el escarpado acantilado de La Cerva. Llegaron y preguntaron a los vecinos cómo llegar a la zona, que querían dejar unos bidones de gasolina y que pasarían la noche en un hostal cercano. Lo que no pesaron jamás esos vecinos es que ese combustible era para la planeadora que días después apareció abandonada en Corcubión. Les delataron casi sin querer. La Guardia Civil localizó un todoterreno de la marca Nissan, cuyo propietario resultó ser Manuel Vigo Couso, procesado en esta causa y que falleció antes del juicio.
El narcotraficante Francisco Javier Martínez San Millán, 'El Franky', detenido en 2006 tras permanecer fugado 14 años, fue condenado en 2009 a 18 años de cárcel por el desembarco del alijo de Tapia. Junto a él estaba el narcotraficante Alfredo Cordero, condenado por el Tribunal Supremo y la Audiencia Nacional a 18 años de prisión por su participación en el desembarco de cocaína en la playa de Salave y ocultarlo en un acantilado de difícil acceso. El resto de procesados por este asunto fueron condenados a penas que de entre 13 y 17 años de prisión y a multas que iban de los 30.000 a los 40.000 millones de pesetas.
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