Las pistas de la estación invernal de Pajares (con la zona baja de la estación en primer término), completamente vacías de nieve, el pasado viernes. JUAN CARLOS ROMÁN

El negocio de la nieve se derrite en Asturias: «El año pasado ya fue malo. Este es catastrófico»

Los hosteleros advierten que sus pérdidas ya rondan el 60% ante una temporada de esquí fallida por la falta de nieve en las estaciones

Soraya Pérez

GIJÓN.

Domingo, 4 de febrero 2024, 00:40

La preocupación del sector turístico vinculado a las estaciones de esquí se agudiza con el paso de los días. Este año las estaciones en Asturias retrasaron su apertura hasta alcanzar niveles de nieve óptimos a principios de enero. Sin embargo, la alegría ... de los esquiadores duró muy poco. Las altas temperaturas de las últimas semanas no permitieron que la nieve se mantuviera y han vuelto a cerrar, poniendo en jaque a los negocios que de ellas dependen.

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Es una situación que los esquiadores asturianos veteranos no se podían imaginar en los años 70, 80 y hasta 90 del siglo pasado, cuando era habitual que las temporadas comenzasen hacia noviembre y se prolongasen hasta bien entrada la primavera. Incluso, que quedase nieve para que los más intrépidos esquiasen subiendo a pie por las pistas tras el cierre de la temporada. En los últimos años, en cambio, la duración media de la temporada de esquí ha ido reduciéndose de forma inexorable. Y esto preocupa.

El director de la escuela de esquí de Fuentes de Invierno, Armando Valdés, explica que «Felechosa depende al 90% de la nieve. Así que su escasez está afectando gravemente a los establecimientos hosteleros de la zona», y agregó que «la estación está en desventaja con respecto al resto de estaciones de esquí no sólo de Asturias sino de Europa, porque aún no cuenta con cañones de nieve artificial, y tenerlos es imprescindible para mantener con vida este negocio», precisó Valdés.

«Hay que desestacionalizar»

Por su parte, la alcaldesa de Lena, Gema Álvarez, explicó que el camino para el futuro de las estaciones de montaña pasa por la desestacionalización. «Desde el gobierno municipal lo que estamos intentando es que la estación diversifique sus atractivos y que pueda estar todo el año abierta para que la gente pueda ir a realizar otras actividades, además de esquiar», y agregó que «la telecabina, por ejemplo, en la que se invirtieron cerca de un millón de euros, se puede utilizar el año entero porque la gente sube igual, aunque no haya nieve. Hay que darle mayor promoción para atraer a más turistas y lograr que las estaciones de esquí no tengan un sólo uso», puntualizó Gema Álvarez.

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Pero la preocupación sobre las temporadas invernales y de esquí se ha instalado, sobre todo, en el corazón no sólo de los directores de las principales estaciones, sino de los dueños de los establecimientos de hostelería.

El dueño del bar O Norte, de Felechosa, Enrique Joglar, explicó que «2024 está siendo un año muy malo, no tenemos ni la mitad de los clientes que deberíamos tener por esta época. Tenemos la estación de Fuentes de Invierno sin acabar, sin cañones para producir nieve, y llevamos esperando por ellos unos 17 años. Ahora es cuando se ven las consecuencias de todas esas carencias». Entre las más criticadas, la falta de concreción de la esperada unión entre Fuentes de Invierno y la estación leonesa de San Isidro.

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La propietaria del restaurante El Parador, también de Felechosa, Generosa Tejón, comenta con resignación: «Aquí no hay nadie. Las montañas están como si fuese verano. No hay esquiadores y todos los negocios están perdiendo dinero, incluyendo el mío», destacó Tejón.

El encargado del taller de alquiler de material de esquí Nórdica Rental Center, José Vaquero, fue rotundo al afirmar que está siendo un año catastrófico. «El año pasado ya fue malo. Este es simplemente catastrófico. Ayer no vendimos nada en todo el día, y hoy sólo tenemos 61 euros de caja, es terrible», y agregó que «las pérdidas sobrepasan el 60%, no hay comparación con respecto a otros años, se nota a simple vista que no hay gente. Sólo hemos vendido un 30% de lo que vendimos en 2023, a pesar de que el año pasado fue malo igualmente», precisó Vaquero, visiblemente preocupado.

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La dueña de la cafetería Jeyro, Paula García Megido, manifestó que «todo va muy mal. Desde diciembre hasta Semana Santa se supone que es nuestra mejor temporada porque es cuando vendemos más, pero esto está solo, no hay clientes. Lo único que se mantiene en movimiento son las rutas de montaña. Ahora mismo estamos teniendo en torno a un 36% a un 40% menos de ingresos con respecto al año pasado, lo cual se traduce en pérdidas para la cafetería», expresó García Megido.

La propietaria de los Alojamientos Moreda, Conchi Muñiz, comenta que «este año hay un 50% menos de clientes. Nunca vivimos una temporada tan mala. Es normal que ocurra porque no sólo se trata del cambio climático, sino de que no tenemos una estación de esquí en condiciones. Sin electricidad, sin cañones, sin baños, es vergonzoso», y enfatizó que «llevamos años pidiendo que, al menos, se planifiquen actividades alternativas para salvar la temporada. Que los niños tengan opciones de ocio, como un parque de atracciones, o que los adultos puedan subir a la estación a hacer otras cosas que no sea solo esquiar. De esa manera se sacaría mayor rentabilidad», indicó Muñiz.

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Actividades alternativas

Muchas estaciones de esquí en Europa van años luz por delante de las de Asturias en cuanto a la implementación de opciones de ocio para sacar rentabilidad al negocio de la nieve. Por ejemplo, en la estación de Grand Valira, en Andorra, se ofrecen desde excursiones en moto de nieve, paseos en trineo, montañas rusas y hasta tirolinas, para garantizar su apertura todo el año y hacerle frente a una realidad incuestionable: los efectos del cambio climático son imparables y no darán tregua en los próximos años. Sólo queda ajustarse a ese nuevo e inevitable panorama.

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