Una fatalidad que acabó en la trágica muerte de Esther Suárez

Apenas eran las ocho de la mañana y la visibilidad era escasa, casi nula. Todavía quedaba una hora para que amaneciera. Esther se había levantado pronto también para acudir a una consulta médica. Ninguno de los dos vio al otro. Y cuando el conductor dio marcha atrás atropelló a la mujer, que tenía 88 años.

Nada se pudo hacer por salvar la vida de Esther. El golpe fue mortal. Ella estaba esperando por un taxi para desplazarse hasta el centro de salud. Aunque desde la explotación familiar láctea en la que se produjo el fatal accidente se dio rápido aviso a los servicios de emergencia, que también se desplazaron hasta el lugar en el que se había producido el atropello sin dilación alguna, los equipos no pudieron hacer ya nada por la víctima. También acudieron agentes de la Guardia Civil, que levantaron el atestado, y de la Policía Local de Valdés.

Su cadáver fue trasladado hacia las once de la mañana al Instituto de Medicina Legal de Oviedo, donde se le practicará la autopsia.

Mientras, lo sucedido iba siendo conocido por los vecinos de Muñas de Arriba, que no terminaban de aceptar lo sucedido, rotos de dolor por el fallecimiento de su vecina, que formaba parte de una familia muy conocida, que posee una ganadería con un centenar frisonas y además gestionan una línea de recogida de leche en la zona.

Consternados, en el pueblo compartían el dolor de los integrantes de casa 'Espineiro', y por la fatal casualidad que acabó con la muerte de Esther, recordando además que la persona que conducía el tractor, «que está destrozado», en palabras de su cuñada, es un hombre experimentado al volante. Todos culpaban a la fatalidad de lo sucedido.

Su funeral se celebrará este jueves en la iglesia San Juan Baptista de Muña.