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MARCO MENÉNDEZ
GIJÓN.
Viernes, 19 de enero 2018, 04:26
Falleció ayer uno de los símbolos que ayudaron a afianzar al Principado de Asturias como Paraíso Natural y a aumentar la sensibilización de grandes y mayores sobre la necesidad de salvaguardar aquellas especies animales que hacen de Asturias ser lo que es. La osa 'Tola', de 29 años, fue encontrada muerta a media tarde de ayer por su cuidador. Un desenlace que no por no esperado, ya que su salud había mermado de manera notable en las últimas semanas, supuso un verdadero mazazo para todos aquellos que trabajan en el cercado de Santo Adriano, adonde 'Tola' y su hermana gemela, 'Paca', habían llegado el 26 de mayo de 1996.
«Murió por la edad. Hubiera muerto mucho antes si hubiera vivido en libertad en el monte», explicó el presidente de la Fundación Oso Asturias, Nicanor Fernández, quien hizo referencia a su longevidad, pues para un oso es prácticamente impensable llegar a los 29 años, dado que se estima que su edad máxima está entre 20 y 25 años.
«Las últimas semanas se deterioró mucho la salud. Ya le costaba tomar la medicación y había que utilizar distintos artilugios para conseguirlo. Y todo gracias a los cuidados intensos que le ofrecían los veterinarios», apuntó Fernández. Aunque en principio la elevada edad parece que es el motivo de la muerte de 'Tola', la causa real no se conocerá hasta que se le haga la necropsia, en «un último servicio al conocimiento científico de la naturaleza», indicó el presidente de la Fundación Oso Asturias. Dicho responsable reconoce que «todos lo sentimos muchísimo, sobre todo la gente que estuvo conviviendo tantos años con ella, que llegaron a crear lazos afectivos. Se ha muerto un icono de la recuperación de la naturaleza asturiana».
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El cadáver del animal fue encontrado por Roberto García, quizá el cuidador que estuvo más en contacto con 'Tola' a lo largo de estos años. Él observó cómo el animal se iba apagando, pasando unos días mejor y otros peor. Era uno de los encargado de hacerle sus revisiones diarias, sobre todo la hernia que le hacía padecer de una de las patas traseras. También había bajado su apetito, comía menos, pero se podría deber a que ahora es el periodo de hibernación de los plantígrados. A media tarde, su cuidador de toda la vida la encontró muerta, acurrucada como si estuviera hibernando. Pero no.
Es mucho lo que tanto 'Tola' como su hermana 'Paca' dieron a Asturias. «Que haya muerto es ley de vida. En algún momento un animal tiene que morir. 'Paca' y 'Tola' han vivido 29 años. Es una larga vida y en buenas condiciones, con mucho cariño por parte de sus cuidadores», indicó ayer Guillermo Palomero, presidente de la Fundación Oso Pardo y que trabaja muy estrechamente con la fundación asturiana.
De las hermanas reconoce «el tremendo papel que han jugado. Si en Asturias el oso es un símbolo, 'Paca' y 'Tola' tienen mucho que ver. Son una imagen muy conocida y, si preguntas a alguien en Sevilla, saben quiénes son. Son unos animales muy queridos».
Otro aspecto que resalta Guillermo Palomero es su contribución «al desarrollo de los Valles del Trubia, que estaban en decadencia. Son muy importantes y no se debe olvidar». Se calcula que las osas atraen unos 100.000 visitantes cada año.
Hay un tercer aspecto que destaca el presidente de la Fundación Oso Pardo: «Es impagable su trabajo en la sensibilidad de la sociedad, tanto niños como adultos, sobre los osos y la naturaleza. Pero tanto en la sociedad asturiana como en la de otras regiones. Es espectacular. Su contribución a la conservación de los osos ha sido impagable. Se va un símbolo de la naturaleza. Ahora su hermana estará desconsolada y solo nos queda despedirla con cariño».
Precisamente, una de las incógnitas es cómo afectará a 'Paca' el fallecimiento de su hermana. Hacía ya tiempo que ambas vivían separadas en el cercado de Santo Adriano, pero Guillermo Palomero asegura que «los animales no son insensibles. De alguna manera le tendrá que afectar, aunque eso la sabrán mejor sus cuidadores, que son quienes la conocen. Los animales establecen relaciones y seguramente le afectará».
El estado físico de 'Tola' comenzó a debilitarse con motivo del intento de apareamiento con 'Furaco', un macho traído ex profeso desde Cabárceno (Cantabria) que llegó al cercado de Santo Adriano en 2008. Tras varios intentos de apareamiento infructuoso, en 2012 se detectó a la osa una cojera en la pata derecha. Ya entonces, con 23 años, se decía que era «un animal geriátrico». Al poco se detectó que tenía artrosis, con el desgaste del cartílago de su rodilla derecha. Por sorpresa, en enero de 2013 se encontró el cuerpo sin vida de un osezno recién nacido de apenas 330 gramos de peso y aparentemente aplastado por su propia madre, de 170 kilos. Desde entonces, el deterioro de 'Tola' fue avanzando poco a poco.
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