The Molleda Garden: la adolescencia de un jardín y la de su autor

A partir de entonces, Miguel Busto comenzó a diseñar su jardín potencial de 2.335 m2 y a trazar parterres alejados de modismos, con una tendencia orgánica, hermoseándolos con rocalla, algo de cantería y pasillos de grijo. El juego de volúmenes, el propio porte de las especies vegetales que los conforman —que son sometidos al arte de la poda—, la situación táctica de las especies huyendo de la competitividad por extensión horizontal —las limitaciones del terreno—, el diseño deliberado de estos jardincillos y la combinación de colores: son las propuestas definitorias que encontraremos en el Molleda Garden. Una finca particular, sí, pero que se ha convertido en un trabajo complementario para su artífice y ha ido diversificando la idea germinal hacia actividades colectivas para niños, visitas guiadas, tematización del jardín por Halloween o Navidad, etc.

Tiene especies de plantas que, curiosamente, son de interior, como las begonias rex que él tiene fuera todo el año. A pesar de la adolescencia de este jardín, tiene begonias de hace 40 años. Pero este espacio verde al estar orientado a meridión, amén de la autoresistencia de las plantas por su aclimatación, ha servido para que el joven jardinero botánico y futuro paisajista haya ido relegando sus esforzadas plantaciones de cultivos de temporada por plantas que él mismo compra, poda, intercambia o germina desde semillas. Una de sus prácticas habituales es el intercambio de esquejes con amigos o por internet.

Entre las colecciones más grandes de Miguel Busto en el jardín de Molleda se distancian del resto los pendientes de la reina, ya que tiene 210 tipos diferentes (de todos los colores, temporadas y tamaños), los cuales repetidos arrojan un total de 400. En otras palabras: la mayor colección y variedad de pendientes de la reina o fucsias de toda Asturias y de las mayores de España. Dispone de 55 variedades de camelia diferentes, japónicas en su mayoría como la Red Leaf Bella, y sasanquas (4-5, florecen antes de septiembre). Entre begonias, tuberosas y semperflorens se alcanzan las 80 variedades distintas; 55 tipos de azaleas y rododendros (ninguna repetida); 75 variedades de hortensias (destaca la grandiflora granate); un parterre con 50 tipos de heucheras como la Wild Rose; 20 tipos de agapantos (verdes y amarillos); 35 variedades de rosas; 15 tipos de helechos que encierra en un parterre de plantas acidófilas junto con pieris (15 variedades), entre otras.

Más plantas y flores originales que podemos encontrar son las suculentas, como los aeoniums negros y las echeverias verdes americanas que orlan los caminos y parterres, y también aparecen en las composiciones que motean graciosamente la finca aprovechando materiales reciclados: playeros, calderos, jarrones, potas, vajillas y demás. Tiene tres arces japónicos de unos 5 años (rojo, verde y amarillo) que quiere dejar tipo bonsái o de porte bajo. También se pueden encontrar tréboles de colores, prímulas, un futuro ginkgo biloba de hoja partida, acebos, tulipanes, narcisos, tajetes, crisantemos y espectaculares iresine herbstii acuminata, así como la lobelia europea higrófila (tolera periodos de encharcamiento). Setos bajos de pantalla formados por hebe speciosa o verónica.

El arbolado y la familia arbustiva se centra en las antiguas necesidades familiares: frutales casi exclusivamente: 22 manzanos, 2 aguacates, 2 perales, 9 kiwis, parras, naranjos, higueras, avellanos, un chirimoyo, una bananera, un madroño de un año, un nogal, un caqui, piescales (amarillos y rojos), physalis, frambuesas (rosas, negras y amarillas), grosellas (rosas, negras y amarillas), arándanos (rojos y azules) y fresas.

Entre las previsiones de futuro, Miguel pretende «incluir diferentes variedades de proteas y leucodendros, que son flores australianas y de regiones cálidas», y que ahora mismo tiene dos variedades de cada. Se trata, pues, de un jardín de colección botánica floral, un jardín florístico relativamente de temporada, con su punto álgido en mayo, que determina un abanico de Pantones de cautivadora policromía.

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TO5

Aunque Miguel Busto intenta precisamente desestacionalizar su atractivo, ya que el protagonismo de este espacio descansa sobre el colorido de la floración. Resulta francamente impactante cómo en un espacio relativamente reducido se pueden hallar especies europeas, africanas, americanas, asiáticas y australianas. Al final se reúnen cerca de 2.000 plantas de total de los cuatro continentes.