La Mixta de Pumarín se protege ante el brote de Gijón

Prohibido visitas. La Residencia Mixta de Pumarín, la mayor de la región y adscrita a la red pública geriátrica, ha tenido que blindarse de nuevo para evitar contagios de COVID-19. Lo hace tras conocer que tres personas de las que visitaron el edificio en días atrás también habían estado en el bar gijonés La Buena Vida entre el 15 y el 28 de julio, periodo en el que se produjeron contagios de coronavirus en el local.

Como protección para todos los usuarios, las tres personas han sido sometidas a pruebas que, por el momento, han dado negativas. Paralelamente, y en cumplimiento del protocolo puesto en marcha por la Consejería de Salud para las residencias geriátricas y los centros sociosanitarios, se prohibe la visita a los residentes, así como la salida de los mismos.

De hecho, el blindaje que estos días sufre la Mixta de Pumarín también se aplicó, días atrás, en las residencias ovetenses de la Tenderina y Santa Teresa. Un blindaje vinculado al brote aparecido en la cervecería Urban's, en La Corredoria. En estos momentos, también la residencia pública de Pola de Siero está cerrada a las visitas tras detectarse en ella su propio brote.

Según fuentes del Principado, como ocurrió ya en la Tenderina y Santa Teresa, en cuanto se confirmen los negativos de los casos sospechosos detectados en la Residencia Mixta de Pumarín, los usuarios podrán volver a recibir visitas. Eso sí, previa cita previa, solo durante treinta minutos y en turnos rotatorios ya que el volumen de visitas no podrá superar el 10% de la capacidad del centro.