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LAURA MAYORDOMO
GIJÓN.
Martes, 20 de octubre 2020, 01:31
Una única sesión que puede llevar entre diecisiete minutos o media hora. En eso consiste la radioterapia intraoperatoria. Una técnica que el Hospital Universitario Central de Asturias viene aplicando en pacientes con cáncer de mama desde el pasado mes de enero «con muy buena ... aceptación», asegura Germán Juan Rijo, jefe del servicio de Oncología Radioterápica del HUCA. La irradiación de la zona donde está alojado el tumor se lleva a cabo en el propio quirófano, una vez finalizada la intervención para su extirpación, y tiene múltiples ventajas. Por ejemplo, que evita a las pacientes tener que volver al hospital para recibir sesiones de radioterapia externas (entre veinte y veinticinco en función de cada caso), aunque hay algunas excepciones en que éstas son también necesarias. Otra ventaja es que «tratamos exclusivamente lo que queremos tratar» con lo que otras partes del cuerpo y órganos como el pulmón o el corazón -en el caso de la mama izquierda- quedan libres de toxicidad. «No irradias la piel, ni la pared torácica. Y estéticamente el resultado es mejor», anota Juan Rijo, quien señala además que de esta forma también se gana en cuanto a tolerancia al tratamiento.
Las intervenciones realizadas por ahora «han salido bien». Desde enero, cuando empezaron, han sido 24 las mujeres a las que se ha aplicado esta técnica solo disponible, además de en Asturias, en unos pocos hospitales de Canarias, Cataluña, Aragón y Andalucía. En el HUCA, el equipo portátil que permite su aplicación se pudo adquirir gracias a la millonaria donación que el dueño de Inditex, Amancio Ortega, realizó a la sanidad pública asturiana en 2017.
Han sido veinticuatro en apenas nueve meses, pero las estimaciones apuntan a que, cuando la aplicación de la técnica ya esté más rodada, podrían ser muchas más: entre 100 o 120 al año. Según fuentes de la Consejería de Salud, en torno al 15% de las pacientes que reciben radioterapia oncológica. Los criterios para que el comité de tumores del HUCA determine qué casos pueden beneficiarse de este tratamiento están muy definidos. Debe tratarse de tumores locales, de nódulo único y poca agresividad, en estadio inicial, de un tamaño inferior a los dos centímetros y con una separación de aproximadamente un centímetro de la piel y la pared torácica. La paciente debe someterse a una resonancia -que descarte la presencia de focos tumorales en otras zonas- y a un escáner, unos días antes de entrar en quirófano, para comprobar que existe espacio suficiente para poder llevar a cabo la intervención.
Su aplicación requiere un trabajo multidisciplinar en el que intervienen especialistas en cirugía, oncología radioterápica, radiofísica, radiología, anatomía patológica y anestesia. Y aunque en el HUCA de momento solo se está empleando en pacientes con cáncer de mama, también se puede recurrir a la radioterapia intraoperatoria en casos de tumores digestivos, de piel (salvo los melanomas) «e incluso del sistema nervioso», subraya el jefe del servicio de oncología radioterápica del HUCA.
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