El Ministerio firmó las ayudas para Asturias y Cantabria hasta la llegada de los nuevos trenes

Lo que nadie imaginaba es que después de dos años, de esa imagen de vencedores y vencidos, y quedando cuando menos un año más para la llegada de las 21 nuevas unidades de trenes comprometidas con Cantabria –las primeras se esperan que estén en servicio el primer semestre de 2026–, se haya caído uno de los principales compromisos: la gratuidad de los viajes en la red de Cercanías de ambas comunidades después del fiasco por el erróneo diseño de los trenes que no cabían por los túneles. Un compromiso que iba a estar vigente hasta que se renovara la flota.

La debilidad del Gobierno de Pedro Sánchez se ha visto reflejada con el rechazo del Congreso de los Diputados a un nuevo decreto ómnibus, en el que ha metido en el mismo saco medidas de diferentes sectores como el transporte, las pensiones y la fiscalidad. Algo que ha afectado de lleno al compromiso que mantenía el Ejecutivo central con Asturias y Cantabria y que no ha respetado al no diferenciarlos del resto de ayudas en el transporte. La utilización de esta herramienta por parte del Gobierno para englobar múltiples medidas y así evitar la tramitación individual de cada una ha desembocado en una negativa de PP, Vox y Junts. Y es que el fin de los descuentos en el transporte público cubría a su vez este compromiso «exclusivo» con Cantabria y Asturias de la gratuidad en los trenes de Cercanías hasta que no estuviesen en marcha los nuevos convoyes. Un cambio de escenario en el que el consejero de Fomento, Roberto Media, no descarta acudir a los tribunales, ya que, ante esta situación, el documento se ha convertido en papel mojado.

Este compromiso a tres bandas entre los gobiernos de España, Asturais y Cantabria recoge un protocolo de siete puntos, que aunque no era un convenio vinculante, sí reflejaba un compromiso verbal entre todas las partes implicadas.

En dicho documento, el Ministerio asumía su culpabilidad ante el fiasco de los trenes que no cabían por los túneles y realizaba una serie de compensaciones más políticas que técnicas.

Es en el apartado siete donde se recoge de la siguiente forma la compensación que iban a tener los viajeros: «Extender la aportación económica actual para la gratuidad de las cercanías ferroviarias en Asturias y Cantabria más allá del 31 de diciembre de 2023 y hasta la entrega de las unidades de trenes pendientes en el contrato en curso. Para ello, el Ministerio habilitará a través de los Presupuestos Generales del Estado sendas partidas económicas de aportación a la financiación del sistema de transporte público de Asturias y Cantabria, para aplicar las correspondientes bonificaciones y mejoras en la prestación del servicio».

Incluso el Gobierno creó la figura de un comisionado, un representante que tratase con las dos comunidades autónomas y se encargara de realizar un seguimiento de los avances y verificar el cumplimento de lo firmado en dicho documento. Antonio Berrios Villalba fue el escogido por el Ministerio de Transportes para supervisar los Planes de Cercanías de Asturias y Cantabria. La persona que como dijo en su día el presidente del Principado, Adrián Barbón, tener como referencia y exigir responsabilidades en caso de que alguno de los puntos empezase a descolgarse. Una circunstancia que se ha dado esta misma semana y que se convierte en una 'patata caliente', una más, para el Ejecutivo de Sánchez.