El ministerio aduce que no llegó a fabricar ningún tren erróneo y no hay sobrecostes

Han pasado dos años y medio desde la adjudicación y aproximadamente dos desde que se detectó el error en las dimensiones. Sin embargo el asunto sigue «en la fase de diseño, con lo que ningún tren se ha fabricado aún y tampoco se ha producido ni incurrido en ningún gasto público por esta situación», destaca. «Es decir, el error lo que implica es un rediseño que supone un retraso en la fabricación», abunda.

La nota explica que cuando se encarga un tren de nuevo diseño, como es el caso, hay una serie de fases a superar. La primera es la del diseño propiamente dicho, «en la que el fabricante define cómo será el tren 'sobre el papel', atendiendo a los condicionantes que tendrá que cumplir según la línea para la cual se fabrica y las prestaciones que se quiere que tenga». El expediente aún no pasó de este punto.

Una vez ajustado los tamaños de la unidad en el diseño que se hace por ordenador, se fabricará un primer prototipo para hacer ensayos. «Estas pruebas sirven para comprobar que el tren diseñado cumple todas las prescripciones técnicas y de seguridad que debe tener», indica. «En estas dos primeras fases, lo normal es que se tengan que hacer ajustes en el diseño, y más aún en línea como las de ancho métrico, donde hay numerosas singularidades», expone.

El ministerio destaca que el error se detectó «en las etapas más preliminares»; «ni siquiera se había llegado a formar lo suficiente como para tener una definición 'sobre el papel'». No se han llegado a montar trenes demasiado grandes para los túneles ni «se ha producido ningún gasto por la fabricación», dice.

«Se han puesto en marcha los mecanismos necesarios para corregir el error, que no son inmediatos ya que es una situación singular que requiere de un 'diseño a medida' para garantizar que los trenes puedan circular por las líneas de ancho métrico», agrega