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SUSANA D. TEJEDOR
GIJÓN.
Lunes, 2 de mayo 2022, 01:31
La Asturias de hoy ha cambiado su fisonomía respecto a décadas pasadas y uno de esos cambios radica en la eliminación, en ocasiones, y la disminución, en otras, de las chabolas e infraviviendas. Sobre todo las primeras, que durante años, especialmente en la década ... de los sesenta del siglo pasad, formaron parte importante del paisaje urbano de las principales ciudades. Pero la realidad es que aún cerca de mil personas viven o en una chabola o en condiciones de infravivienda, según datos de la Fundación Secretariado Gitano.
Desde el Principado se aporta una visión diferente y se asegura que a día de hoy se está cerca de acabar con esta situación, aunque no se pone fecha. Según Fermín Bravo, director general de Vivienda, en estos momentos hay registradas dos familias en Castrillón y siete en Gozón que viven en chabolas; y en condiciones de infravivienda hay que hablar de ocho familias en Llanera; 16 en Siero, 5 en Cudillero, 10 en Piedramuelle (Oviedo) y 13 en Langreo. «Se fue reconduciendo la situación con la promoción de barrios y barriadas y fue quedando, de forma residual, la población gitana. Los primeros asentamientos chabolistas estaban vinculados a vinculados a lo económico y asentamientos de ocupación temporal, como puede ser el caso de La Rioja en época de vendimia, o en el sur, vinculados a los invernaderos y campañas de temporadas», asegura Fermín Bravo.
Pero estas cuentas no son las mismas que hace el director de la Fundación Secretariado Gitano, Víctor García, que le sale un recuento actual de casi mil personas en Asturias que viven en estas condiciones. Han desaparecido barrios de chabolas o de infravivienda, como El Cascayu (Oviedo) y San Esteban de Pravia. Siguen asentamientos chabolistas en La Vallina (Gozón) y Pinos Altos y La Plata, en Castrillón, así como en Peñarrubia, en Langreo, y en Granda, en Siero (un barrio que era de transición y se cronificó y se considera gueto), al igual que en Cudillero.
García, además, añade a esta lista los «barrios gueto», algo que el Principado «descarta» y considera que «no existen». En cambio, para el colectivo gitano es motivo de «una gran preocupación». Como ejemplo, una importante población existente en La Magdalena, en Soto del Barco, que el Gobierno regional rechaza como tal y que el colectivo gitano apunta como una de estas zonas residuales. Todo ello supuso, y aún hoy ocurre, muchos problemas, creándose auténticos poblados en los que se carece de las necesidades básicas.
En el Principado, los poblados chabolistas fueron asentándose principalmente en la época de desarrollismo industrial, en entornos industriales como Avilés o Soto de Ribera (por la presencia de la térmica). «Eso atrajo a población de fuera de Asturias que, en un primer momento, no era de etnia gitana, y constituyó el chabolismo, personas que vivían en barracones, como el caso de los 'coreanos', en Avilés».
Y si se trata de valorar la cuantía de ciudadanos que no tienen un techo digno en el que habitar, entidades como Mar de Niebla también tienen mucho que decir al respecto. «Las políticas de vivienda no se centran únicamente en dar una casa. Existe una realidad de personas sin hogar, los 'chupanos' (personas que para evitar vivir a la intemperie se instalan en espacios que carecen de condiciones de habitabilidad)», asegura Héctor Colunga, presidente de la Red Asturiana de la Lucha Contra la Pobreza y director de la organización Mar de Niebla. «La demanda de viviendas de emergencia social sobrepasa a la oferta disponible», puntualiza.
Para esta entidad, efectivamente existen «barrios singulares» que requieren «una intervención singular porque sus necesidades son distintas a las de otros barrios y eso es lo que Víctor considera guetos y el Principado no ve de la misma forma», dice Colunga. A su juicio, «existe un problema de negación de la realidad. Asturias hace esfuerzos, pero la realidad es complicada». Colunga se hace una pregunta: «¿En qué estadísticas están los 'chupanos'?». Si estas personas no aparecen en el recuento, «las cifras no son correctas».
La educación y la sanidad son dos cuestiones aún sin resolver. La escolarización es plena en Primaria, pero luego va descendiendo hasta desaparecer en la Universidad. Poco más del 60% concluye la etapa de Enseñanza Secundaria Obligatoria y el mayor porcentaje de abandono se produce en el segundo curso de la ESO.
Además, el 63% de los gitanos de entre 16 y 29 años ni estudian ni trabajan y el paro en este grupo supera el 50%. Igualmente, las cifras en estos aspectos siguen siendo alarmantes: la pobreza infantil es del 89% y el 9% habitan en infraviviendas.
Desde el Principado se cree que «el chabolismo está erradicándose y solo perviven algunos núcleos. La estrategia para combatir esta situación se centra en educación, empleo, vivienda y salud».
En el secretariado Gitano les preocupan los barrios guetos. «Pasó con el colegio de Valliniello, que se había convertido en un centro solo para gitanos. En La Granda, aún se mantiene; estudias y vives en un centro gueto y la incorporación social es limitada, lo mismo que ocurre en barrios con mucha población gitana».
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