Unos gijoneses aprovecharon las altas temperaturas del día de Nochevieja para darse un chapuzón. EFE

Los meteorólogos prevén un 2023 en Asturias tan cálido y seco como el año pasado

La Aemet afirma que, de entre los escenarios posibles, el húmedo será el menos destacable y las cotas de nieve se verán afectadas por el calor

CLARA G. SANTOS

GIJÓN.

Miércoles, 4 de enero 2023, 01:17

2023 será un año tan caluroso y seco en Asturias como el anterior. Esa es la previsión que hace la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) para los próximos 365 días en la región. Tampoco hace falta ir demasiado atrás en el tiempo para verificar ... esta tendencia. El de 2021, por ejemplo, fue un otoño frío y húmedo con un superávit de precipitación entre octubre y noviembre del 17% con respecto al valor medio. Al año siguiente, en 2022, la región conoció el tercer otoño más seco de la serie histórica, solo por detrás de los de 2007 y 2017. La temperatura media durante esta estación fue de 13,3 grados y hubo una predominancia del viento sur que se saldó con el aumento de 1,6 grados en comparación con los años anteriores.

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Según anticipa el delegado territorial de la Aemet en la región, Ángel Gómez Peláez, el inicio del presente año mantendrá la tendencia cálida y seca del año anterior. Atribuye, además, la escalada de las temperaturas al cambio climático, lo que ha hecho que en Asturias llevemos «cuatro trimestres consecutivos con un carácter muy cálido».

Pese a que, matiza Gómez, las predicciones meteorológicas únicamente pueden hacerse «con fiabilidad» hasta con cuatro días de antelación, la previsión para este invierno es que haya una predominancia de los escenarios cálidos: «Se espera que sean más probables que los fríos». En concreto, la posibilidad de que así sea es de un 40%. Existe también un 40% de posibilidad de que el escenario sea normal y solo un 20% de que sea frío. En cuanto a las precipitaciones, las predicciones no están tan claras, pues los escenarios húmedo, normal y seco son igualmente posibles, todos ellos con un 33% de probabilidad. No obstante, Gómez afirma que, de los tres, el menos destacable será el húmedo.

'Nevadonas', poco probables

Si bien el calor será la tónica predominante durante 2023, para lo que resta de invierno la previsión es que una cadena de frentes fríos traiga viento y temperaturas más bajas a la región. Lo que sí ven poco probable los expertos, al menos por el momento, es que vuelva a producirse un nuevo 'Filomena'. En 2021 esta borrasca dejó intensas nevadas en cotas bajas, frío y hielo por toda la región. «Es un evento que ocurre con poca frecuencia, normalmente cada muchos años», apunta Gómez.

Aunque cabe la posibilidad de que en los próximos meses los termómetros vuelvan a bajar de los cero grados, lo que parece seguro es que las cotas de nieve suban, precisamente por la predominancia del escenario cálido. «Cuando la temperatura es mayor de lo normal, lo mismo pasa con la cota de nieve», aduce el delegado de la Aemet.

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Mayores certezas arroja la predicción meteorológica correspondiente al mes de enero. Según la Aemet, la próxima semana se espera que tanto la temperatura media como la precipitación acumulada superen los niveles normales para esta época del año. A mediados de mes, la temperatura será ligeramente superior a los valores esperados para estas fechas, mientras que las precipitaciones se mantendrán estables, dentro del margen que suele darse en esta época del año. Este mismo escenario se repetirá en la tercera semana del mes de enero, con lluvias que suavizarán las temperaturas, ligeramente superiores a las de otros años por estas fechas.

2022 fue un año extremadamente cálido, en el que los termómetros subieron 1,6 grados por encima de la media. Un acontecimiento sin precedentes en más de un siglo y que sitúa al año pasado como el más cálido desde 1961. En otoño, la temperatura se situó dos grados por encima de lo normal, registrando 16,3 grados de media y empatando con el otoño de 1983. Octubre fue el mes más caluroso, en el que se registraron 3,6 grados por encima de lo habitual. En lo tocante a las lluvias, 2022 fue un año muy seco, con un 24% de precipitaciones menor de lo habitual, un dato que convierte a este otoño en el tercero más seco de la historia por detrás de 2007 y 2017.

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Un verano de récords

Pero el grueso de los récords del 2022 se concentra en el período estival. El pasado verano, los termómetros se mantuvieron por encima de los treinta grados durante varios días consecutivos. La máxima del verano se registró el 16 de julio en la parroquia de Baiña, en Mieres, donde a las cinco y media de la tarde se alcanzaron los 41,4 grados.

Ese mismo día, en Oviedo y otros ocho puntos de la región se pasaron de los 39 y Gijón llegó a los 38,5. La ola de calor siguió dando guerra en agosto en Asturias y este mes se convirtió en el sexto agosto más cálido de los últimos 60 años. No obstante, las precipitaciones y tormentas a finales de mes hicieron de este un mes húmedo.

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