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Dice César Álvarez, del colegio Dulce Nombre de Jesús de Oviedo (Dominicas), que la EBAU «no me pareció difícil», pero «eso no significa tampoco que la regalen». Un matiz que pone en valor el esfuerzo que hay detrás de la prueba de acceso a la Universidad, que no se circunscribe únicamente a los exámenes que 4.148 estudiantes asturianos realizaron los días 6, 7 y 8 de junio, sino a dos años de Bachillerato en los que hubo que hincar codos para terminar, como es su caso, con un 10 redondo. «Al final, lo que haces para la EBAU es recapitular lo que has aprendido en Bachillerato», señala.
César es uno de los diez estudiantes que mejor nota han sacado en la selectividad. Pero, matiza, «no me considero para nada un empollón», porque «no dejo de hacer la vida normal de un chaval de 17 años; salgo con amigos, juego al fútbol...». Se inclina, en principio, por cursar Medicina, aunque «todavía no lo tengo claro». El 30 de junio vence el plazo para solicitar carrera universitaria y, de momento, «no descarto nada» que guarde relación con la rama biosanitaria. En realidad, su nota le permite infinitas posibilidades.
«Es muy posible que me decida por Medicina, pero no descarta nada que guarde relación con la rama biosanitaria»
«La nota me llega para el doble grado de Matemáticas y Física, que es lo que más me gusta junto con los idiomas»
«En el Bachiller tiré por las Ciencias, pero también me interesan las Humanidades, el tema político, escribir...»
Como él, otros nueve estudiantes asturianos, con matrícula de honor en el Bachillerato, han sacado un 10 en la fase de acceso de la EBAU, integrada por las asignaturas que son comunes a todos (Lengua y Literatura, Historia de España e Inglés) y entre 3,9 y 4 puntos -lo máximo- en el resto de exámenes. Detrás de esos expedientes brillantes están, además de César, Lía Díez, Pelayo Gómez, Iyán López, Jorge de la Mano, José Manuel Martínez, Sara Montes, Miguel Piquero, Paula Rodríguez y María Elena Somoza.
Según destacaba el lunes el vicerrector de Estudiantes de la Universidad de Oviedo, esta decena de dieces «es un récord histórico» para la EBAU asturiana, en la que hubo 664 alumnos de sobresaliente. «Estoy muy contento, pero tampoco se me puede subir a la cabeza, que queda mucho camino por delante», comentaba ayer Pelayo Gómez, del Instituto Rosario Acuña de Gijón. En ese camino, hay cuatro carreras que «me gustan mucho». A saber: Biotecnología, Biología, Ciencias del Mar y, «aunque suene raro», también Filosofía. «En el Bachillerato tiré por la rama de Ciencias, pero también me interesan mucho las Humanidades; me gusta debatir, escribir, los temas políticos...», explica.
En esa dicotomía, lo mismo se examinó de Filosofía o Alemán que de Química, la asignatura polémica de esta convocatoria. «Es verdad que el ejercicio de Química fue distinto y entraron algunas cosas que no habían caido hasta ahora. Pero de nuestro Instituto íbamos muy bien preparados», afirma. Él sacó un 10. Igual que Sara Montes, del Colegio Internacional de Meres. Esta gijonesa, que va a estudiar Medicina porque «mi madre es enfermera y me interesa la rama sanitaria», asegura que «no me esperaba una nota tan buena en la EBAU». Es más, «salí con algunas dudas de los exámenes», aunque optó por no hacer comprobaciones a posteri «para no ponerme más nerviosa de lo que ya estaba».
También Lía Díez, del Instituto Monte Naranco de Oviedo, se mostraba ayer «sorprendida» con la nota. Incluso había pensado en un plan B por si no le alcanzaba la puntuación. «Me gustan mucho los idiomas -estudia inglés y francés-, así que barajaba como segunda opción Lenguas Modernas», apunta. Pero sus calificaciones le permiten elegir lo que quiera, así que «igual hago un doble grado de Física y Matemáticas, que es lo que me gusta realmente». Quién dijo miedo.
«Quiero dedicarme a la Oncología y tendré que vivir en Oviedo, porque ir desde Cangas a Medicina sería un problema gordo»
«Mi madre es enfermera y a mi me interesa la rama sanitaria. La verdad es que no esperaba una nota tan buena en la EBAU»
«Haré un doble grado de Matemáticas y Física, pero ahora sólo pienso en descansar y evadirme de los libros»
«Sentí alivio con la nota, no porque le de importancia, sino porque puedo hacer Ingeniería de Organización Industrial en Madrid»
La misma carrera que tiene en mente Miguel Piquero, que cursó el Bachillerato en el Instituto de La Corredoria, en Oviedo. Habiendo obtenido la máxima nota posible en selectividad, «el abanico de posibilidades es grande», pero él lo tiene «más o menos claro. A mi lo que me gustan los son los números». Apasionado de la Fórmula 1 y los deportes de raqueta, alumno de piano en el Conservatorio, ahora «sólo pienso en descansar y evadirme de los estudios. Ha sido un año duro y no voy a coger un libro hasta que empiece la Universidad».
María Elena Somoza, del Colegio gijonés de La Corolla, también es un as en Matemáticas, aunque, en su caso, ha decidido que «me matricularé en Ingeniería de Organización Industrial en la Politécnica de Madrid», donde compartirá piso con sus dos hermanos, así que «será como estar en casa». Cuando su nota de selectividad, «sentí alivio, no porque le de importancia a la nota, sino porque supe que me llegaba para poder elegir» esa Ingeniería que combina lo técnico con lo empresarial. «Espero que me vaya bien», se muestra optimista.
«Siempre supe que quería hacer la carrera de Derecho y en el futuro yo creo que me inclinaré por la judicatura»
Entre los diez alumnos más brillantes de la EBAU asturiana habrá otro ingeniero: Jorge de la Mano. Este alumno del Colegio Corazón de María, más conocido como Codema, cursará el doble grado de Ingeniería Civil y Recursos Mineros y Energéticos. A él le bastaba solo con aprobar, pero tocó techo. «Me gustaría tener futuro laboral en Asturias. Aquí se vive bien y tengo a mi familia», espera este jugador de balonmano, que aprovechará este verano para sacarse el carné de conducir.
El Codema ha hecho triplete en lo que formalmente se denomina Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad. Además de Jorge, otros dos alumnos han obtenido los catorce puntos que estaban en juego: Paula Rodríguez e Iyán López. Ella estudiará Medicina, teniendo en cuenta que «hacen falta más médicos» en la sanidad asturiana. En un principio «dudaba bastante», pero «al final me decidí» por una de las carreras universitarias de moda.
«En un principio dudé bastante, pero al final me decidí por la carrera de Medicina; hacen falta más médicos»
«Voy a estudiar Ingeniería Civil y Recursos Mineros y Energéticos, y me gustaría tener futuro laboral en Asturias»
En cuanto a Iyán, que se enteró de las notas desde Gandía, donde está pasando unos días de vacaciones, se matriculará en Derecho. «Siempre supe que quería hacer esta carrera», cuenta, «y todo lo que está relacionado con los juicios me llama la atención». En concreto, se inclina por la judicatura. Es decir, «me veo como juez». Capacidad de estudio tiene de sobra: «La verdad es que me preparé mucho».
De los 4.148 alumnos que se presentaron a la convocatoria ordinaria de la EBAU, aprobaron 3.975, más del 95%. La nota media fue de 7,5 y sólo 664 estudiantes sacaron una calificación superior a 9, de los cuales diez lograron la excelencia. Seis de Gijón y tres de Oviedo. ¿Y el décimo? Es José Manuel Martínez, del Instituto de Cangas del Narcea, un municipio que ayer se sentía «muy orgulloso» de su representante en esta lista de alumnos brillantes. Algunos vecinos incluso le pararon por la calle para felicitarle. «Este es un sitio pequeño y todos nos conocemos. Estoy muy contento, la verdad», comentaba.
José Manuel formará parte de esa futura generación de médicos que tanto necesita el sistema sanitario. En concreto, «me tira la especialidad de Oncología». Pesa su interés por la investigación y «por ayudar a los demás». La cuestión es que será el primero de su familia que estudie una carrera y, para ello, deberá instalarse en un piso de Oviedo: «Voy a tener que acostumbrarme a una nueva forma de vida. Pero si tuviera que ir todos los días a la Universidad desde Cangas del Narcea sería un problema gordo».
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