Secciones
Servicios
Destacamos
ALEJANDRO L. JAMBRINA
Lunes, 9 de agosto 2021, 01:23
En la villa de Pravia la fiesta del Xiringüelu se vive desde hace más de ocho décadas con emoción y una pasión desmedida que solo los vecinos y los peñistas pueden entender. No es solo una romería campestre ni se trata de juntarse a beber al sol en el prau Salcéu , el Xiringüelu es tradición e historia del concejo, por eso ayer los pravianos pasaron el mal trago de ver cancelado el programa festivo por segundo año consecutivo. No hubo peregrinación a la orilla del Nalón, tampoco hubo casetas y ni pensar en charangas o desfiles por las calles. Pero las peñas se juntaron, se unieron y celebraron el Xiringüelu en el centro de Pravia sin grandes alardes. Qué remedio, la pandemia sigue muy presente y los pravianos son responsables.
Como reunir a más de 40.000 personas es inviable en los tiempos que corren, el año pasado la situación sanitaria obligó a suspender la fiesta, que se redujo a un pequeño programa alternativo de eventos festivos en el centro de Pravia y el plan era repetir ese formato este año, pero finalmente no se celebró ninguna actividad durante todo el fin de semana.
La alternativa por la que optaron las peñas fue juntarse durante la noche del sábado a cenar en grupos reducidos y después algo de ocio nocturno, «pero a la una de la madrugada todos a casa», asumían con resignación los miembros de la peña 'Esperteyu', que volvieron a salir a la calle la mañana del domingo, día grande, ataviados con sus camisetas y pañuelos «para juntarnos y tomar el vermú, al menos que se note que es fiesta», asumían los jóvenes.
Igual que ellos, muchas de las 135 peñas que están inscritas de manera oficial en la fiesta optaron por celebrar en grupos pequeños, un ambiente familiar que nada tiene que ver con la tradicional romería, «pero algo es algo, esta es una fiesta en la que hay que juntarse con la familia y los amigos y es cierto que nos da muchísima pena que no podamos celebrar por segundo año consecutivo, pero somos responsables y ante todo hay que tener cuidado», reconocía en una terraza José Luis Martínez, integrante de la histórica peña 'El Peu'.
La cofradía del Xiringüelu de Pravia, principales organizadores del evento, entendieron que la decisión más sensata era suspender lo que en un inicio se había programado, como el reparto del bollo, los desfiles de charangas y el tradicional Popinazo. «No nos quedó más remedio, la situación no ha mejorado lo que nos gustaría y era lo mejor. Todos estamos muy apenados, pero esperamos que el año que viene podamos celebrar ese ansiado ochenta aniversario que hemos tenido que posponer por segunda vez», explicaba Adolfo Marcos, presidente de la Cofradía del Xiringüelu de Pravia que ayer hizo lo propio y salió a tomar el vermú con el pañuelo al cuello.
Por su parte, los hosteleros de Pravia reconocen que no se alegran de la suspensión del Xiringüelu como todos lo conocemos, pero tampoco ocultan que llevar la fiesta al centro de la villa ha sido un revulsivo para el sector. «Otros años no abríamos el domingo porque la noche del sábado era intensa, pero esta vez al tener que cerrar pronto hicimos cenas de peñas el sábado, estamos teniendo un buen vermú de domingo y tenemos unas cuantas comidas», reconoce Andrés Vilariño, de Casa Vila. «Además se nota que hay turismo y buen ambiente», añade el hostelero.
Esa es la cara de la moneda, pero este año también hubo una cruz. Durante la noche del sábado los peñistas más jóvenes aprovecharon para pasárselo bien después de las cenas, pero la Guardia Civil tuvo que intervenir los puntos más 'calientes' de la villa por aglomeraciones. Se dispersó un botellón en el entorno del antiguo instituto de Pravia y se actuó en las calles de los bares por aglomeraciones.
Sin embargo, algunos peñistas denuncian públicamente «ataques desproporcionados por parte de los agentes». Según aseguraron ayer miembros de la peña 'La Tribu', «hubo chavales a los que les dieron con la porra solo por estar cantando o aplaudiendo en la calle y eso no es normal, no se comportaron bien y desde luego no es justo», reprocharon algunas peñistas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.