«Es muy triste despedirla, aquí es muy querida»

«Todo el año con ella y hoy nos toca despedirla. Para Candás la sardina es todo, hasta celebramos su cumpleaños en agosto». Estas eran las palabras que pronunciaba la plañidera Marifé Suárez, del grupo Les Ayalgues. A Suárez, la pena por despedir a la sardina y, a su vez, los días de Carnaval no le permitió soltar el pañuelo de la mano en todo el entierro. Para tanto fue su disgusto que tras finalizar el cortejo fúnebre, que partió del teatro Prendes y finalizó en el muelle, Suárez estuvo a punto de sufrir un desvanecimiento. «Casi me desmayó. No es para menos. Es muy triste despedirla. Aquí la queremos mucho», señalaba. Tan fuertes eran los llantos de las plañideras que la gente se asomaba a las puertas de los negocios y a las ventanas de las casas para enterarse de lo que sucedía.

David Martínez y Ana María Blanco, aunque son vecinos de Candás, nunca habían presenciado el entierro de este personaje tan querido y ayer se animaron a participar en la comitiva. «Es la primera vez que venimos pero estamos tristes igual», señalaban.

Es cierto que a medida que fue pasando la celebración del entierro la pena se fue desvaneciendo. Así fue que algunos vecinos, tras ver los fuegos artificiales a cargo de Pirotecnia Morís, se animaron a bailar al ritmo de Pepe el Chelo en el muelle.

A Carmen Serrano, más que tener que despedir a la sardina, lo que realmente le daba pena era decir adiós a un Antroxu que le supo a poco. «Estoy triste porque se acaba el Carnaval. Después de dos años esperando por ello pasó muy rápido», reconocía. Para ella, esta celebración se queda corta. «Debería durar una semana más. Esto es alegría para el pueblo y ahora tenemos que esperar un año para que vuelva», añadía.