Enamorado del surf y comprometido con el entorno, Rix espera ser un ejemplo a seguir. LVA

Un teutón al rescate de la playa de Salinas

Ecologismo. ·

El surfista alemán Martin Rix ha dedicado varias tardes de los últimos días a despejar de basura el popular arenal castrillonense

Borja Pino

Avilés

Miércoles, 13 de julio 2022, 17:15

Quienes en los últimos días hayan elegido la playa de Salinas para disfrutar de las irrepetibles puestas de sol de mediados de julio quizá se hayan cruzado con un joven de más de dos metros, de cabello rubio y piel pálida, ataviado con bañador, ... camiseta y gorra, y sonriente pese a acarrear grandes bolsas repletas de basura. Sin nada que ver con el servicio oficial de limpieza, el sujeto en cuestión no era otro que MaximRix, un surfista alemán que, durante su breve estancia en la localidad, ha consagrado los atardeceres a retirar los desechos dejados en la arena por las hordas de bañistas que confluyeron allí.

Publicidad

Embarcado en una suerte de 'surfari' por España y Portugal, sus pasos le llevaron al pueblo castrillonense a finales de la semana pasada. Alojado en la escuela ElPez Escorpión, su catarsis particular se produjo uno de esos días, al volver de presenciar el fin del día desde el Museo de Anclas 'Philippe Cousteau'. «Estaba regresando al albergue y, de pronto, me di cuenta de la cantidad de plástico que había diseminado por la playa, y que acabaría en el agua antes de que los camiones de basura tuviesen tiempo de retirarlo. Me sentí muy mal; pensé que no podía mirar para otro lado, que tenía que hacer algo... Y eso hice».

Así que, tras equiparse con un par de bolsas, Rix se lanzó a la arena y comenzó a recoger cada botella, cada lata, cada bolsa de aperitivos y, en suma, cada residuo no biodegradable que encontró a su paso. Su labor no pasó desapercibida, y estos días han abundado los transeúntes intrigados por la identidad de ese gigante nórdico, de apariencia afable y firme compromiso medioambiental. Y ayer, tras abandonar Salinas, rumbo a Galicia, su ausencia fue motivo de más de una conversación nostálgica.

Si bien, una vez retorne a Alemania, a este berlinés le aguarda un futuro prometedor como profesor de Educación Infantil, y futuro docente de Primaria, su amor por el surf y por la mar siguen presentes en su día a día. Por ello, espera que lo que ha hecho no quede en una simple anécdota estival. «Si seguimos tratando así nuestro entorno, mañana volverá a nosotros», sentencia. La receta para evitarlo es sencilla: «solo hace falta que cada uno guarde su basura donde pertenece: en los contenedores».

Y, como los héroes del cine, el único modo de cambiar las cosas es «predicar con el ejemplo». Por él, sí, pero también por todos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3 meses por solo 1€/mes

Publicidad