Secciones
Servicios
Destacamos
CARLA VEGA
PIEDRAS BLANCAS.
Jueves, 7 de octubre 2021, 04:31
La vida de Rocío Menéndez y Fernando Lastra se ha convertido en un caos desde el inicio de curso. Con tres hijas, Valentina, de siete años, Alicia, de cinco, y Telma, de tres, cada una escolarizada en un centro de estudios diferente, el llevar y recoger a las pequeñas es todo un juego de malabares. Valentina y Alicia acuden al colegio en Piedras Blancas, donde la familia reside, pero la benjamina, Telma, con parálisis cerebral, acude al centro de educación especial Aspace Gijón, lugar en el que la niña lleva siendo tratada desde los seis meses de edad.
En el momento en el que hubo que abordar la escolarización de Telma, sus padres manifestaron al equipo de profesionales ante el que tuvieron que presentarse en Avilés, que querían mantener a su hija en el centro gijonés, donde podían cubrirse todas las necesidades que su hija pequeña necesita. «Sabemos que por cercanía debería estar en el colegio de San Cristóbal, y nos indicaron que en un primer momento la derivarían a este. Así fue, pero en el centro de Avilés no cuentan con los recursos que Telma, con su parálisis cerebral, necesita. Recurrimos la decisión porque sabemos qué es lo que nos ofrecen en Aspace, y lo que nuestra hija necesita, y a finales de julio la directora nos confirmó que la niña estaba matriculada en el centro», explica Rocío Menéndez.
Este cambio de colegio no fue posible sin que antes los padres de Telma firmasen un documento en el que se mostraban conformes con el traslado, quedando excluidos los servicios de autobús y comedor gratuitos. No dudaron, querían que su hija acudiese al centro, y tener que pagar ambos servicios no sería un impedimento. Los problemas comenzaron apenas una semana antes del inicio el curso, cuando la directora volvió a ponerse en contacto con ellos para decirles que no había plaza en el autobús para la niña.
«Decidimos esperar a que comenzase el curso para ver qué pasaba, pero desde entonces he mandado mil correos electrónicos, he llamado a la consejería, al servicio de Equidad Educativa, al Consorcio de Transportes... pero nadie nos coge el teléfono, nadie sabe nada, y no hay forma de solucionar esto», cuenta la madre de la pequeña Telma.
La única respuesta que la familia ha recibido es una carta de la Dirección General de Planificación, en la que se especifica, tras citar varios artículos, que «Telma Lastra no cumple con los requisitos establecidos normativamente para ser usuaria de los servicios complementarios con carácter gratuito». Este dato no soluciona las dudas de Rocío y Fernando, que desde un primer momento ya eran conscientes de que deberían de pagar por una plaza en el autobús. Nosotros lo único que queremos es una plaza para nuestra hija en ese autobús, pagando lo que sea necesario», explica Menéndez.
Desde el centro gijonés apoyan a la familia, que también cuenta con el respaldo de la asociación Aspace, ya que desconocen los motivos por los que se niega este servicio. «No sabemos si es la empresa, que no tiene interés en cambiar de autobús para que nuestra hija tenga plaza, o quién está detrás de esto, pero no podemos seguir así», afirma Rocío Menéndez, que ve la situación con sus hijas insostenible si tiene que extender durante más tiempo las idas y venidas a Gijón, siendo este el alto precio que tiene que pagar para que todas sus hijas tengan acceso a la educación.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Descubre la fruta con melatonina que te ayudará a dormir mejor
El Diario Vasco
Horarios, consejos y precauciones necesarias para ver el eclipse del sábado
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.