La recuperación de los porreos, nuevo impulso en el desarrollo económico-paisajístico de la ría

Los porreos tienen su origen en el siglo XIX. Se trata de praos húmedos situados bajo el nivel de las mareas habituales y que son defendidos de la irrupción del agua marina por diques. En total hay once. En la margen derecha se ubicaba antaño el porreo de Busto, ya desaparecido, por el desarrollo urbanístico de toda la zona del entorno donde actualmente se encuentra el parque del Pelambre. Aún se mantienen el del Salín, el del Cierrón, el de la Marquesa, el de Muslera (ampliado con el de la Enciena en 1954), el de Sebrayu o Villaverde, el de Abajo, el de Arriba y el de Misiego en Rodiles. En la parte izquierda se encuentran el Porréu del Retiro (Bedriñana) y el de Claro.

Con el abandono de la organización comunal de los cultivos y la desamortización civil de Madoz pasaron a manos privadas vinculados al aprovechamiento agrícola y ganadero. La Constitución de 1978 cambió su estatus a concesiones administrativas en dominio público marítimo-terrestre, aunque no fue hasta 2017 cuando saltaron las alarmas ante la entrada masiva de agua por el deterioro de las cárcovas. Según los últimos datos, el año pasado más de 200 hectáreas se habían inundado ya.

Los estudios encargados por el Ayuntamiento pretenden acabar con este deterioro. Analizarán «la viabilidad de acciones de promoción y recuperación de la actividad agraria, adaptada a las circunstancias actuales, ambientales, normativas y económicas, con finalidad doble de recuperación ambiental y paisajista, de promoción de la actividad económica y el empleo».

Para ello, estudiarán desde el aspecto agronómico las condiciones de los suelos y los tratamientos necesarios para adecuarlos los cultivos de la zona al espacio natural en el que se encuentra, proponiendo los mas adecuados para esos terrenos, incluido el análisis de viabilidad económica y en relación al mercado actual.

En esta línea, el plan de recuperación anunciado por el Principado, y que requiere una inversión de 1,5 millones, «tiene como fin «recuperar todos los que sea posible». Se consolidarán los que todavía pueden albergar actividades agroganaderas y se van a naturalizar los que no son recuperables, ya que tienen una salinidad y unas condiciones en las que es imposible dar marcha atrás.