BORJA PINO
PIEDRAS BLANCAS.
Miércoles, 1 de marzo 2023, 01:09
No habrá una disolución inmediata de los patronatos de Cultura y Deporte de Castrillón. La posibilidad, cada vez más plausible en estas dos semanas de creciente crispación, se convirtió en hecho ayer, después de que el Pleno, en una sesión de casi cuatro horas ... y media de duración, echase por tierra la pretensión de Izquierda Unida y de Podemos. Los seis votos favorables de los concejales de ambos partidos, dos de los tres que integran la coalición de gobierno, poco pudieron hacer frente a los catorce en contra reunidos por el PSOE, su aliado durante la mayor parte de estos cuatro años de legislatura, y por el PP, Ciudadanos y Vox desde la bancada de la oposición.
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Fue una sesión no solo larga, sino también agria, observada por el abundante público reunido en la sala y en la que las seis fuerzas con representación local repitieron los argumentos esgrimidos en las jornadas previas. Por parte gubernamental, PSOE al margen, el foco se puso en la búsqueda de la mayor eficiencia y funcionalidad posibles, así como en el aprovechamiento de la actual suspensión de la regla de gasto. Ninguno de esos argumentos, sin embargo, modificó las posturas de las restantes agrupaciones, defensoras del aplazamiento de la cuestión hasta que se resuelvan las dudas sobre sus garantías que embargan a once de los trece trabajadores del Patronato de Cultura, y en las que se encuentra la raíz de la polémica.
Fue en ese punto, con las posiciones definidas y el rechazo como resultado seguro, cuando el Pleno pasó a convertirse en una sucesión de reproches, recordatorios de decisiones pasadas e, incluso, ataques personales. Por parte de IU y Podemos las críticas alcanzaron a la representación sindical de la plantilla del de Cultura, en manos de Comisiones Obreras, y sobre cuyo delegado el portavoz de IU, Laureano Rivas, planteó la duda de si «realmente defiende los intereses de los trabajadores, o los privilegios de unos pocos de ellos».
Más directa aún fue Triguero, esta vez dirigiendo su atención al PSOE, al que acusó de «sacrificar el interés general en beneficio de los trabajadores». La regidora no dejó pasar la oportunidad de recordar que la decisión «es una potestad del gobierno», y que, con su voto, los socialistas «han dado a la plantilla un poder que no le corresponde; eso es un acuerdo. Hay intereses que están por encima del bien general».
Las palabras de ambos causaron efecto sobre Iván López, portavoz municipal del PSOE. Tras volver a afirmar que «no entendemos estas prisas, ni vamos a utilizar a los trabajadores como arma arrojadiza», calificó las menciones al representante de CCOO de «falta de respeto hacia un delegado de personal democráticamente elegido, avalado con las firmas de los trabajadores». Por último, apuntó como claves para el éxito futuro de un proceso análogo «negociar y escuchar».
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Desde las filas del PP su líder local, Eloy Alonso, sugirió que, en lugar de dar por hecho la disolución como mejor opción en pos de la eficiencia, «quizá habría que potenciarlos, no lo sé. En todo caso, debe decidirse con sosiego, y no es una urgencia». La misma mesura la puso sobre la mesa su homólogo de Ciudadanos, Javier Carlos Galán, quien, si bien reconoció que «vemos la disolución operativa», añadió que «aún hay dudas en torno a la regla de gasto». Finalmente, desde Vox Alberto García Hevia definió la voluntad de IU y Podemos como «un esfuerzo por enfrentar y desmotivar a los trabajadores».
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