Los pescadores llenan el 'arca' del Narcea de salmones

En Asturias nadie puede poner en duda que el salmón es el rey de los ríos, un icono de la región que los pescadores tratan de defender y cuidar a toda costa. Las poblaciones salmoneras fluctúan cada año, pero son muchos los ríos asturianos en los que se viene registrando una disminución alarmante de ejemplares. Por eso en el Narcea existe un proyecto único en la región y referente a nivel nacional en lo que se refiere a cuidado y conservación salmones. La Sociedad de Pescadores 'Las Mestas del Narcea' lidera desde hace años un proyecto de cría en ciclo cerrado y repoblación de salmones bautizada como el 'arca'.

Este año las cifras están siendo de récord y es gracias a la solidaridad de los propios pescadores que pescan sin muerte y en vez de devolver los peces al río los donan para su cuidado y reproducción. En lo que va de temporada se han donado 38 salmones al arca, ubicado en la localidad praviana de Quintana. «Es una cifra muy buena porque el año pasado se donaron diecinueve en toda la temporada, así que podemos decir que se ha superado el récord», celebra Enrique Berrocal, presidente de 'Las Mestas del Narcea'.

Además del aluvión de donaciones, Berrocal celebra que han sobrevivido un porcentaje elevado de los ejemplares. «El año pasado, de diecinueve murieron cinco el primer día y sabemos que normalmente el 40% de los ejemplares que se donan mueren en esas primeras horas porque no soportan el estrés y la pelea de la pesca. Por eso los pescadores tienen un papel fundamental, siempre insistimos en que el trato del salmón a la hora de pescarlo es decisivo», incide Berrocal, que agradece la participación de los pescadores del Narcea esta temporada.

La mayoría de los ejemplares de salmón donados son hembras y oscilan entre los 4,5 y los 7,5 kilos. Los salmones permanecerán en el centro hasta diciembre, donde recibirán cuidados hasta que llegue la hora del desove. «Entonces el pescador puede decidir si prefiere que lo soltemos o que permanezca en el 'arca'», explica Berrocal.

Un dato muy esclarecedor para entender el buen funcionamiento del centro de Quintana es que en solo unas pocas semanas se han donado más salmones que todos los que se han pescado en el río Sella a estas alturas de la temporada.

Y ese dato, claro, indica que la cantidad de salmones que hay en el Narcea es muy superior en estos momentos a la del Sella, uno de los ríos más importantes y con más tradición pesquera de toda la región. «A estas alturas se han pescado en el Narcea alrededor de 120 ejemplares, eso significa que aquí se están pescando cien veces más, son cifras que hacía mucho tiempo que no se veían», reconoce Enrique Berrocal al respecto.

Ahora bien, lo que podría parecer una buena noticia también tiene un lado negativo y es el riesgo de que el Narcea se masifique y alcance un número de pescadores que no pueda soportar. «No es que corramos el riesgo de que se masifique, es que ya lo está, hay jornadas en los que los pescadores no encuentran un puesto donde colocarse y esta situación hace que el Narcea corra el riesgo de morirse por su propio éxito», anticipa el pescador y presidente de 'Las Mestas'.

La temporada de pesca termina el 15 de julio, por lo que queda un mes y medio y Berrocal estima que, teniendo en cuenta las capturas que se registran hasta ahora, «esta temporada se puede cerrar fácilmente con más de trescientos salmones pescados y eso es un riesgo», advierte.

Este problema es una realidad que los expertos conocen desde hace tiempo, por eso se trabaja en una serie de medidas destinadas a mantener el equilibrio entre los niveles de captura y los niveles de abundancia, condicionando las estrategias de captura en relación con el estado de la población.

Las bases de este proyecto se establecen en el 'Plan de Gestión para la Unidad Homogénea Narcea-Nalón', un documento en el que se trabaja desde el Grupo de Desarrollo Rural (GDR) del Bajo Nalón. Este documento propone medidas como limitar los cupos de pesca, realizar una revisión a los tramos de pesca haciendo una reordenación por pozos o aumentar la presión de pesca en aguas del río Nalón para aliviar al Narcea.

Así, el documento propone «el establecimiento de un límite de capturas fijo de 209 ejemplares, que podrá ser revisado anualmente, al alza o a la baja, en función de los datos obtenidos al finalizar el año». Estas son medidas que «se tendrán que aplicar para que el Narcea sobreviva», entiende Berrocal.

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