Una respuesta en el espacio al reto de la integración infantil

Casi una veintena de menores, con edades comprendidas entre los nueve y los dieciséis años, prestaron atención a las explicaciones de Hevia, que comenzaron con una breve descripción del telescopio de que dispone, y continuaron con una sesión práctica de observación del sol. Así, los pequeños pudieron identificar en el astro rey manchas y actividades, paso previo al plato fuerte de la jornada: la búsqueda de asteroides, restos de satélites... En suma, cualquier posible objeto que pueda constituir una amenaza para el planeta.

«Es el tema estrella, cómo no, y a los críos les encanta», reconocía Hevia al término de los talleres. Habituado a trabajar con menores dotados de tales capacidades ampliadas, tras tres años impartiéndoles clases de Astronomía en la sede de APADAC, el reencuentro con ellos le ha servido para constatar el interés extremo que ponen en materias eminentemente técnicas. «Hacen preguntas, se plantean cosas... Y, de entre todos ellos, hay alguno que despunta. Podríamos estar antes los futuros investigadores y responsables de la Agencia EspacialEuropea».

Que el aspecto de la basura espacial iba a ser el principal foco de atención ayer era algo que Hevia veía venir, tanto por su actualidad como la actividad que en ese sentido realiza. Amén de las sesiones de observación gratuitas que ofrece a cualquier persona interesada, desde octubre este emprendedor ha puesto su telescopio a disposición del proyecto SSA ('Space Situational Awareness', o conciencia situacional del espacio cercano), gestionado conjuntamente por la NASA y la Agencia EspacialEuropea (ESA, por sus siglas en inglés). Su objetivo es detectar y controlar los elementos orbitales fuera de control, y lo cierto es que hay trabajo en abundancia.

«La presencia de basura espacial está creciendo, aclara Hevia. Los datos avalan su afirmación; las sondas, los satélites y los restos de naves que flotan en el espacio cercano, ya en desuso y sin control, aumentan conformen se lanzan nuevos objetos y los antiguos pierden su utilidad y la conexión con sus centros de mando.Eso sí, «el 99% de ellos se desintegrarán en la reentrada, al contacto con la atmósfera, pero aun así pueden afectar de manera indirecta. Hay que investigar».

Más allá del valor científico de actividades como la de ayer, para APADAC constituyen un terreno perfecto el entretenimiento y el aprendizaje de los niños y adolescentes. «Los contenidos no están escogidos al azar», detallan desde la asociación. «Deben ser relativamente intensos o profundos; si no, pronto pierden el interés». De ahí que las temáticas elegidas para estas jornadas versen sobre filosofía, arquitectura, programación... O astronomía.

Y no solo eso. A mayores, brindan una oportunidad para mejorar sus capacidades sociales. Tal como concluyen desde APADAC, «les permite ver que hay otros chavales como ellos, y que no son raros. Esa es nuestra gran meta».