«Nuestra meta para este año es rescatar todo lo perdido con la pandemia»

-¿Con qué músculo ha entrado Castrillón en este primer verano de completa normalidad tras la pandemia?

-Acabamos de estrenarlo, apenas ha habido margen para comparar, pero percibimos que va a ser un buen verano. La gente se está animando a recuperar la vida que tenía; por ejemplo, en la Mina de Arnao este trimestre que se recuperaron las visitas de grupos escolares, y también algunos de asociaciones. En ese sentido, prevemos que el cartel de aforo completo se llegará a colgar. Y, si el tiempo acompaña, las playas volverán a ser nuestro epicentro.

-Y eso que las dos temporadas anteriores no fueron negativas.

-En efecto. Esperamos recuperar, al menos, los datos anteriores a la pandemia; incluso las previsiones hablan de mejorarlos. Ojo, en un municipio costero el turismo de playa marca las preferencias, pero estos dos últimos años también se ha revitalizado el turismo rural. Es nuestra gran desconocida, y tiene autenticas maravillas por descubrir.

-¿Se mantienen los tradicionales puntos fuertes de la oferta?

-Ante todo, tenemos la suerte de estar muy bien comunicados. Somos la puerta de entrada a Asturias, así que hay que intentar que el turista se quede en nuestro concejo. Y ahí tenemos el punto fuerte de nuestras playas, un recurso que nunca falla, variado y de calidad. Pero también seguimos atendiendo nuestro patrimonio cultural y etnográfico, y las sendas y espacios naturales.

-¿Han incorporado este año nuevos atractivos a ese abanico?

-Más que eso, lo que hemos hecho es rescatar todo aquello que la covid nos forzó a suspender, y que estaba bien valorado por el público. En ese sentido, desde Turismo estamos trabajando para recuperar los conciertos del anfiteatro minero, y el plan de dinamización del castillo de Gauzón retomará las visitas al yacimiento. Aparte de eso, estamos coordinando con el área de Festejos la puesta en marcha del Verano Cultural en julio y agosto, para llevar música en directo a las calles y a las plazas.

-Sin obviar los festivales, claro.

-Ante todo, que conste que, organizativamente, ese apartado corresponde a Festejos, aunque es verdad que el impacto que pueden llegar a tener para el turismo será indudable. Querría recordar que el Longboard es la única fiesta de interés turístico del concejo, y es un plato fuerte de nuestro verano; sobre todo, ahora que cumple veinte años.

-¿Qué expectativas les trasladan los comerciantes y hosteleros ante el verano?

-No cuento con esos datos. Está claro que cualquier actividad que se haga en el concejo generará dinero; ya que estas aquí, consumes. De hecho, eso es lo que buscamos con el Verano Cultural; que la gente, después de una jornada de playa, se siente en un bar o en un chiringuito, y se tome algo. Pero todavía es pronto para hablar de cifras, obviamente.

-Históricamente, sobre la mesa ha estado la cuestión de la escasez de alojamientos turísticos.

-Es un tema en el que nos queda camino por recorrer. Pero en los últimos años se han generado muchas plazas, gracias, en buena medida, a las escuelas de surf. Pero también hay que reconocer los nuevos apartamentos turísticos, y los hoteles que volvieron a abrir sus puertas en zonas costeras. Y, por supuesto, el sector creciente del camping.

-Y el de las autocaravanas, que desde hace años reclama un nuevo aparcamiento.

-Es una necesidad imperiosa, y más con nuestro fuerte vínculo con el surf. Dicho esto, tenemos muy presente esa cuestión, sí, pero no es sencillo. Desde el área de Urbanismo se está haciendo un esfuerzo, y se está trabajando en la búsqueda de un espacio idóneo, pero no es fácil dar con un lugar que reúna todas las condiciones para el aparcamiento. Ahora bien, que nadie piense que ese tema lo hemos dejado olvidado.

-¿Hay novedades en torno al futuro centro de recepción de peregrinos?

-Seguimos trabajando en ello. Ahora mismo estamos intentando dotar la antigua Casa Riesgo para que cumpla esa función y, además, la de oficina de turismo. Si lo conseguimos en tiempo y forma, esa sería la gran apuesta desde mi concejalía antes de que finalice esta legislatura.

-Echando la vista atrás, ¿qué lecciones puede extraer su área de la vivencia del coronavirus?

-Sobre todo, que hemos sabido adaptarnos a las condiciones que impuso la pandemia. Hemos mantenido la oferta; con restricciones, sí, pero no se han cerrado recursos. Nuestro sector fue uno de los grandes perjudicados, pero supo reinventarse. No está siendo fácil volver a las cifras de antes, pero la gente tiene ganas de recuperar ese espacio perdido. Y esa motivación es crucial.