Incautan 236 kilos de marihuana tras desmantelar un laboratorio en un chalé

La pasada primavera, las quejas de varios vecinos de una localidad de la zona rural de Castrillón por la persistencia de un fuerte olor a marihuana que salía de una vivienda unifamiliar dieron la voz de alarma. Con esta pista comenzaron las investigaciones de los agentes, que derivaron en la bautizada como operación 'Deloto'. al determinarse que en el interior de la vivienda podía encontrarse un laboratorio 'indoor' de dicha droga.

Durante los nueve meses que duró la investigación, los agentes de la Guardia Civil constataron que en el chalé castrillonense vivía una persona de origen asiático, que supuestamente estaría encargada del cuidado del cultivo de la droga. Esta persona no realizaba salidas de ningún tipo, ni siquiera para el suministro de las necesidades personales como comida, sino que era abastecida por otro individuo de la misma nacionalidad, con residencia en Gijón. También se comprobó que el contrato de alquiler de la vivienda, firmado en el año 2018, lo había realizado otra persona, también de origen asiático, lo que reafirmó las sospechas de la existencia de un grupo organizado dedicado al cultivo y tráfico de drogas, según aseguran desde la Guardia Civil.

Tras varios meses de investigaciones, el 17 de noviembre se produjeron movimientos sospechosos que hicieron suponer un inminente traslado de droga, por lo que se intensificaron las vigilancias en torno a la vivienda. El 7 de diciembre, tal y como se esperaba, se produjo el traslado en una furgoneta que fue interceptada por un dispositivo policial en la autovía A-66, cuando se dirigía probablemente a Madrid. El conductor del vehículo, un hombre de 39 años y vecino de Madrid, fue detenido, y allí se incautaron de 19 kilos de marihuana, que viajaba escondida en fundas de cojines. Estaba envasada al vacío, una técnica que se utiliza frecuentemente para tratar de camuflar su olor. Cada bolsa pesaba alrededor de un kilo y medio.

Tras la detención del conductor de procedió a ejecutar la segunda parte del operativo: el registro del chalé. En Castrillón los agentes pudieron comprobar que, efectivamente, allí se había establecido un laboratorio 'indoor', es decir, interior, que se abastecía energéticamente de manera ilícita a través de un enganche subterráneo.

En el chalé se encontraron otros 217 kilos de marihuana, material para su cultivo y mantenimiento, un teléfono móvil y 1.300 euros en metálico. El morador de la vivienda se había dado a la fuga, probablemente alertado por la interceptación de la furgoneta que transportaba el cannabis.

Nada era nuevo para los guardias civiles. En los últimos años se ha detectado que hay organizaciones, fundamentalmente asiáticas, que operan de esta manera. Son herméticos y no se sirven de intermediarios, sino que se ocupan de todas las fases, desde el cultivo a la distribución pasando por el preparado y envasado. Realizan envíos a través de canales empleados para la distribución de otra mercancía, sobre todo productos de bazar, de droga que se puede mover por toda Europa desde viviendas aisladas, custodiadas por miembros de la organización