De la Guardia Real a la policía de Corvera

A sus 43 años, y tras casi dieciocho en activo en la Policía Local de Siero, para León el nombramiento de ayer constituye su efectiva vuelta a casa. Corverano de nacimiento, el retorno profesional al municipio en el que aún hoy reside supone «una mezcla de alegría y tristeza; allí he dejado a buenos amigos y compañeros, pero estoy donde realmente quiero estar». Y encara esta nueva etapa con la conciencia de que a quienes debe proteger y, tal vez, perseguir es a sus propios vecinos. «Es un plus de respeto».

Más variada geográficamente ha sido la evolución del gijonés Mario Martínez. Tras ocho años de vida militar, encuadrado en la Guardia Real, pasó sus primeros tres como policía en Alcalá de Henares, y los catorce siguientes, en Nava. «Me gusta la dinámica de trabajar en plantillas como la de Corvera», admitía ayer. «Que haya una voluntad de crecimiento, en un momento en que la mayoría de ayuntamientos amortizan plazas y recortan servicios, es toda una motivación; además, tengo buenas referencias tanto de los mandos y compañeros, como del ambiente de trabajo en general».

Ambos agentes han llegado a suelo corverano a través del sistema de movilidad entre cuerpos municipales de la región, un sistema que el alcalde, Iván Fernández, puso ayer en valor, en el transcurso del acto. «Es una ventaja, porque significa que ya tienen experiencia, pero eso no quiere decir que los sitios de los que vienen sean peores, ni que lo sea Corvera si optan por irse», recalcó el regidor. «Cada agente tiene sus circunstancias, y elige en función de su criterio», señaló el regidor.

La llegada de León y Martínez es solo la primera fase de un proceso de progresiva ampliación que, antes de fin de año, prevé dotar al cuerpo de dieciocho agentes de patrulla, dos en centralita y uno más como administrativo, hasta un total de veintiún agentes. Así, no solo aumentará la operatividad de la fuerza, al contar con profesionales más jóvenes, sino que aliviará a los veteranos, que, aun mermados en número, han lidiado con los momentos más duros de la pandemia.

«Nuestro compromiso es dotar a la plantilla como nunca antes», sentenció Fernández. Y no solo en lo humano, sino también en lo material; en ese sentido, los dos nuevos agentes lucieron ayer el uniforme recién adquirido, de obligado uso en todos los cuerpos policiales de la región, de color similar al de la Policía Local y de perfil más operativo y táctico. Tanto es así, que el pantalón cuenta con almohadillas especiales, diseñadas para facilitar el uso de desfibriladores.

De hecho, la Policía Local de Corvera dispone de tres de esos equipos, a los que se han sumado recientemente un analizador de drogas y varios alcoholímetros. La previsión es adquirir un nuevo vehículo de patrulla el año que viene, y proseguir con la implementación de las cámaras de vigilancia, que «complementan la labor de los agentes, sin llegar a sustituirlos nunca. Su servicio es imprescindible veinticuatro horas al día, los 365 días del año», afirma el regidor.