Apenas le faltaban tres meses para añadir un nuevo dígito a su edad, pero el pasado domingo, María del Pilar Fernández Artime, la persona más longeva de todo el concejo, falleció con 104 años en su casa de Zeluán. Soplar velas se había convertido en ... una tradición y lo hacía acompañada de familia y amigos, pese a que la pandemia limitó estos festejos.
Publicidad
Lo recordaba ayer una de las personas que disfrutaban de su hospitalidad cada cumpleaños. «Íbamos desde 2016, más o menos, el día de su cumpleaños el médico, Manuel Sánchez, y yo a felicitarla y nos tenía preparados el café y pastelitos», dijo la enfermera Cruz Cordero.
Este hábito era una circunstancia muy agradable para María Pilar y para sus visitantes a los que siempre mostraba su gratitud. «Era muy entrañable».
Aunque nacida en Manzaneda, María del Pilar llevaba muchos años residiendo en la localidad gozoniega de Zeluán, tras vivir unos cuantos en San Juan de Nieva. En la parroquia de Laviana, la noticia de su fallecimiento causó una profunda impresión. «Era una señora de las de antes, atenta, agradable, cariñosa, solo se pueden decir buenas cosas de ella», insistió Cruz Cordero.
Viuda desde hace unos cuantos años de otro gozoniego, César Fernández, muy conocido en la comarca porque estuvo al frente del astillero de San Juan, dicen quienes la conocían bien que tenía una salud de hierro. «No tomaba medicación alguna, salvo para algún resfriado. Estaba muy bien cuidada y atendida por sus hijos», según Cordero.
Dos tuvo, Aniceto y Juan Antonio Fernández Fernández, seis nietos y varios biznietos. «Antón dormía todos los días con ella porque vive en Zeluán, y Aniceto, aunque tiene su casa en Gijón, venía a diario a verla». Lo cuenta Agustín García, presidente de la asociación de vecinos de Laviana, para quien su pérdida es grande. «Mi casa está enfrente de la suya, así que cada mañana veía sus persianas levantadas y a ella trajinando porque madrugada bastante. A las ocho y media o nueve ya estaba en pie». Los geranios, «para los tenía mucha mano», era una de sus pasiones. Y también se le daba bien la repostería. «Los mantecados que hacía Pilar era de alucinar», recuerda Agustín.
Publicidad
También el presidente vecinal insiste en la buena salud de Pilar. «Ella cocinaba, salía a por el pan, tenía una gran energía. Hace unos 25 ó 30 años, cuando iba a misa, porque era muy devota, le atropelló una bicicleta y le fastidió una pierna», pero eso no le impidió seguir peleando día a día, como siempre había hecho. «Cariñosa, habladora, risueña, entrañable, siempre positiva, sin quejarse nunca de nada». Así la califican sus vecinos.
El alcalde de Gozón, Jorge Suárez, aunque no la conocía demasiado, «solo de vista y de intercambiar alguna palabra en algún acto», reconocía ayer la pérdida de una persona tan arraigada en el concejo y «aunque tenía una edad avanzada era muy querida por sus vecinos»
Publicidad
El funeral se celebrará hoy a las cuatro de la tarde en la iglesia de Laviana.
3 meses por solo 1€/mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.