«La experiencia de gobierno no se logra desde la oposición»

-Pasa de ostentar una concejalía a luchar por el liderazgo del Consistorio. ¿Cómo se siente?

-Sobre todo, ilusionado, aunque, debo reconocerlo, también un poco nervioso; si no lo estuviese, sería un inconsciente. Al final, hablamos del séptimo municipio de Asturias, que maneja un presupuesto de casi 25 millones de euros. No es ninguna broma.

-¿Dar el paso le ha supuesto un duro proceso personal?

-Parto de una base esencial: la política municipal me encanta. A partir de ahí, tengo claro que solo se puede trabajar bien si se está rodeado de un equipo que te aconseje, que te apoye y que, cuando sea necesario, recuerde al emperador que está desnudo.

-Ya que lo cita, ¿tiene ya una idea de quiénes conformarán su lista, ese equipo a su alrededor?

-Sería un atrevido si lo dijese. Esperemos a que en enero decida la militancia. Ahora bien, opino que han de ser perfiles diversos, que combinen juventud con madurez. Me gustaría tener a mi alrededor a personal con un marcado perfil social, pero también técnico en áreas como economía y gestión. Y quiero que sea una lista renovada, acorde con la situación del partido y con la realidad social del momento.

-Habrá quien piense que, con solo una legislatura en su haber, quizá no sea todo lo experimentado que la alcaldía requiere.

-Sinceramente, no creo que el tiempo que lleve uno en el Ayuntamiento sea tan determinante. Estar en la oposición no te da experiencia de gobierno. En estos años, aparte de ocupar la portavocía y las áreas de Obras y Medio Ambiente, he debido tocar casi todas las demás concejalías, más luego estar en el día a día de lo que es el equipo de gobierno.

-La suya ha sido la única candidatura. ¿Terminan, pues, los años de 'guerra civil' en el PSOE?

-Sí, y el cambio que ha vivido el partido en Castrillón hay que agradecérselo a las ejecutivas anterior y actual, que supieron unir y coser, algo muy importante en toda formación política. Al final, lo que había que hacer era dar participación a todas aquellas pequeñas islas en que nos dividimos, y no excluir a nadie.

-Sin embargo, esa dinámica no se da en todas partes. Ahí está el ejemplo de Gijón.

-De entrada, debe quedar claro que somos el único partido que habilita primarias. Partiendo de eso, en Gijón decidieron que hubiera primarias, y seguro que ambos aspirantes son buenos. ¿Qué tenemos que hacer después? Cerrar filas en torno al elegido. La militancia no se equivoca.

-Volviendo a lo local, ¿cómo ve la situación del tripartito?

-Aparte del desgaste normal que sufre cualquier equipo de trabajo durante cuatro años, y en las circunstancias que hemos vivido, tengo que decir que hemos logrado ponernos de acuerdo y tirar adelante en beneficio de la ciudadanía. Con diferencias, claro, pero es lo bueno de tener un acuerdo de gobierno; y ya hemos cumplido casi un 80% de él.

-Así las cosas, a falta de una mayoría absoluta en 2023, ¿ve posible una nueva coalición?

-La izquierda tiene que entenderse siempre. En el municipio, en la región y en el país, cuando así lo decidan los vecinos, claro. La otra opción, el triunfo de la derecha, es peor para la sociedad, aunque bien es verdad que mis relaciones con la oposición, a excepción de Vox, son buenas.

-Pongamos que llegase a ser alcalde. ¿Cuáles serían sus prioridades para el concejo?

-Tengo claro que los vecinos piden poco. Quieren tener la zona rural desbrozada, las aceras y asfaltos en condiciones, alumbrado, saneamiento, abastecimiento de agua, servicios adecuados... ¿En qué me tengo que volcar? En el mantenimiento y conservación de esto, y en lograr su mejora. Es más, eso es lo que intento hacer día a día desde mi concejalía.

-Si llega al poder, habrá cierta cuestión ineludible. ¿Nuevo suelo industrial sí o no?

-El urbanismo está para adecuar las necesidades locales al momento. Yo me preocupé de hablar con el director del aeropuerto, para que nos dijera si hacía falta ese suelo, y la respuesta fue no. ¿Se puede ampliar algo lo ya existente? Sí, claro, pero hacer un polígono para que quede vacío, aparte de para dar un pelotazo urbanístico, no tiene sentido.

-Entonces, ¿por qué pulmón económico apostaría?

-En Castrillón no hay un único pulmón. Tenemos AZSA, sí, pero también contamos con un reclamo turístico, de costa y rural, impresionante, que puede dar mucho de sí aún. La covid ha echado a la gente de las ciudades al campo. Tenemos que estar a la altura para acoger esa demanda.

-Todo ello, claro, va ligado a una adecuada movilidad.

-Hay que sacar los coches de los centros urbanos, pero también hay que dar alternativa al aparcamiento. Eso lo tengo clarísimo. Y tenemos que conectar todas las zonas del municipio con transporte público y, en verano, fomentar la movilidad a playas.

-Son muchos frentes que atender. ¿Ya sabe cómo lo haría?

-Como lo he hecho en todas las etapas de mi vida, desde el Ejército de Tierra y Asturmasa, hasta la UGT y el gobierno: dándolo todo. No sé trabajar de otro modo.