PEPE G.-PUMARINO
CANDÁS.
Lunes, 24 de junio 2019, 02:40
«No soy el doctor House, sino un médico de pueblo con vocación». Con esta frase, el facultativo de Atención Primaria en Candás, Pablo Bustamante, quiso salir al paso de las quejas remitidas a la Gerencia del Sespa del Área Sanitaria V. Unas críticas que le costaron la suspensión de empleo y sueldo de manera cautelar. Pero lo que más le indigna es que en el expediente sancionador conste que la razón también es por inhibición laboral. «No puedo admitir que se califique así mi trabajo. Desconozco el porqué de esta determinación disciplinaria, cuando en mis muchos años de ejercicio de la medicina nunca tuve el menor problema con mis pacientes». Rechaza los informes que se amparan en la pérdida de 600 pacientes, ya que es un dato, defiende, «totalmente incierto». «La cifra real es de 200 y así consta en el expediente. Estas personas eligieron otro médico de familia en el tiempo que ejercí en mi consulta en Candás. Pero en la actualidad son 1.550 los pacientes a mi cargo y, si se hace la comparativa con el resto de facultativos del centro de salud, estos tienen 1.600 de promedio. Con estos datos queda claro que no tienen razón», argumenta. Otro desmentido que hace este doctor es que su esposa sea fisioterapeuta. «Y tampoco tendré la oportunidad de ejercer en otras áreas, por lo que la única solución de cara a mi futuro pasa por prestar servicios en el sector privado o el destierro de esta región».
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