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ALICIA GARCÍA-OVIES
Martes, 15 de junio 2021, 02:50
La implantación del ferrocarril en Carreño a principios del siglo XX fue un factor muy destacado en la configuración social y urbana del concejo. Fuente de empleo no solo para los hombres, sino para muchas mujeres de la zona, las cuales representaban un 20% de la plantilla. Ser ferroviario entonces se convirtió en un modo de vida y 'El Carreño' pasó a la historia como uno de los transportes que más influyó en la vida social de la región.
Un espíritu ferroviario que sigue latente en el concejo, desde la estación de tren, prácticamente inalterada desde su construcción, hasta los numerosos inmuebles que se reparten por distintos puntos del territorio. Entre ellos, destacan los antiguos talleres, ubicados a las afueras del casco urbano de Candás y que estuvieron a punto de ser derribados por Renfe. El Ayuntamiento, en colaboración con su homólogo gijonés, a través del Museo del Ferrocarril, se ha propuesto ahora recuperarlos para darle una nueva vida.
El proyecto permitirá vincular los antiguos talleres con iniciativas y contenidos ferroviarios de carácter histórico y turístico. Las posibilidades son muy amplias, destacando la de configurar los inmuebles como verdadera factoría cultural relacionada con el patrimonio ferroviario e industrial asturiano, que podría hacer de estas instalaciones una de las sedes depositarias de importantísimo patrimonio, incluyendo su consolidación como centro expositivo, depósito visitable y lugar de mantenimiento de los trenes históricos que puedan circular por las vías asturianas.
«Gijón y Carreño tendrían así elementos culturales y ferroviarios conectados, como lo están los museos más relevantes de Europa que han venido desarrollando proyectos similares de cooperación», señala al respecto Javier Fernández, director del Museo del Ferrocarril.
Los inmuebles que se pretenden recuperar estuvieron a punto de ser derribados hace dos años debido a su mal estado de conservación. Los técnicos de Renfe realizaron una inspección tras la resolución de Alcaldía que daba a la compañía un mes para subsanar las deficiencias de las instalaciones. La nave principal se mantenía en buen estado, pero en el edificio anexo se había desprendido parte del alero, cayendo trozos del canalón y las tejas. También observaron riesgo de hundimiento del techo y grietas en las paredes. Mismo peligro que encontraron en el otro inmueble de dos plantas anexo al taller.
Procedieron entonces a licitar las obras de derribo pero, finalmente, en noviembre del año pasado la comisión permanente del Consejo de Patrimonio Cultural del Principado (CUOTA) informó desfavorablemente del proyecto, obligando, además, a la empresa a presentar un plan de rehabilitación que garantice su protección y supervivencia.
El primer inmueble que se pretendía derruir funcionó como vestuario y botiquín y tiene dos plantas, con una superficie total de 123,76 metros cuadrados. Su estructura es de hormigón armado y muros de carga, y su fachada luce de color amarillo. El segundo edificio es colindante y tiene 263,94 metros cuadrados distribuidos en dos plantas. En su día, la superior estuvo dedicada a la vivienda del personal ferroviario, y la inferior cuenta con un almacén, un cuadro eléctrico y una zona de carpintería.
Precisamente, en 2022 se cumplen cien años de la apertura del ferrocarril de Carreño. La línea es actualmente explotada por Renfe y comunica Gijón con Avilés, siendo una de sus paradas la estación de Candás. Teniendo en cuenta esta efeméride, la intención de las administraciones sería poder disponer ya para entonces de este nuevo espacio cultural.
En este sentido, los consistorios de Carreño y Gijón han trasladado ya esta inquietud por la conservación y reutilización patrimonial de los talleres de Candás a la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, entidad de ámbito nacional específicamente dedicada a las iniciativas de tipo cultural ferroviario, de la que son patrocinadores, entre otros, Renfe y Adif. Estas dos entidades son, hoy por hoy, las herederas del patrimonio ferroviario cultural de la extinta Feve que, a su vez, fue heredera del recordado ferrocarril del Carreño.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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