BELÉN G. HIDALGO
IBIAS.
Sábado, 19 de septiembre 2020, 00:09
Desde Aljaraque (Huelva), con más de 20.000 habitantes hasta Fondos de Villa, en Ibias, uno de los concejos de suroccidente más castigado por la despoblación con apenas 1.300 vecinos. En el camino de una familia se cruzó una oferta de empleo ... de Carbones La Vega, titular de la explotación minera asentada en Villares, que junto al Ayuntamiento ibiense lanzaron un órdago: empleo y colegio para fijar población en el medio rural. Y la propuesta surtió efecto, pues Luis Francisco Pérez del Río, junto a su mujer, Manoli Landero y los pequeños Ana y Juan Luis, hicieron las maletas y pusieron rumbo a la parroquia de Tormaleo.
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«Fue un golpe de suerte», confesó el onubense, que se enteró de la iniciativa a través de un amigo, natural de Cangas del Narcea, donde habían vivido cinco años atrás. «Me pasó un pantallazo con la oferta de empleo y me dijo: 'Tengo tu trabajo'», explica el electromecánico especialista en maquinaria pesada, que no dudó en contactar con el Ayuntamiento y enviar su currículo a la mina. «En menos de tres días estaba aquí. Fue dicho y hecho», continúo Pérez del Río, que jamás había trabajado en la minería.
«Aquí no hay mucha mano de obra cualificada en minería, pues se han jubilado. Por eso propusimos junto al Ayuntamiento ofertarlo a gente de fuera para que instale aquí y darle vida a la zona, sobre todo, familias con niños para garantizar la continuidad del colegio», detalla el ingeniero de la mina, Roberto Valdés.
Asegura que recibieron cientos de llamadas interesándose por el trabajo, pero muchos candidatos no encajaban en el perfil que la firma minera buscaba, vivían en la zona o no tenían familia. La empresa asegura que, a medida que vaya creciendo, continuará incrementando la plantilla, que a día de hoy ronda el medio centenar de personas.
Para el Ayuntamiento, la llegada de esta familia onubense supone «un alivio para el colegio», subraya la alcaldesa, Gemma Álvarez, tras señalar que la matrícula asciende ahora a siete alumnos en el colegio público San Jorge de Luiña. «Además, supone un ejemplo de familia que apuesta por el medio rural», añade la regidora.
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«Todo son facilidades», destaca el onubense, tras señalar que la vivienda, en Fondos de Villa, corre a cargo de la empresa y que el próximo martes sus hijos, Ana y Juan Luis, comenzarán en el colegio. «Son siete niños y cinco profesores. Es como una familia», indica Pérez del Río. La naturaleza y la tranquilidad de la zona han sido claves para declinar la balanza. «Es lo que buscábamos. Nos gusta la tranquilidad y la naturaleza y la seguridad que supone para los niños vivir aquí. Estás tranquilo por ellos», sostiene Pérez del Río.
«Tenemos ganas de empezar el colegio. Ya hemos hecho algún amigo», confiesa la pequeña Ana. Mientras tanto, lo más inmediato pasa por «acabar de deshacer las maletas, preparar el material para el cole y conocer la zona», agrega Manoli Landero.
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