Del boom del turismo obrero a un camping de lujo

La Ciudad de Vacaciones de Perlora se alzó en los años cincuenta como un oasis para la clase obrera. En pleno régimen franquista, el complejo turístico se convirtió en la principal vía de escape para muchas familias trabajadoras, que durante quince días al año podían disfrutar de su tiempo de ocio sin preocuparse de los quehaceres diarios. Lejos queda ya aquella imagen de calas llenas y fiestas multitudinarias bajo el ocaso del mar Cantábrico. Los chalés abandonados y los recuerdos de quienes vivieron su época dorada son a día de hoy los únicos resquicios del que fue el motor económico del concejo.

El interés de Pelayo Cortina Koplowitz, hijo de Alicia Koplowitz y Alberto Cortina, por desarrollar de nuevo la Ciudad de Vacaciones permitiría recuperar una estampa para muchos olvidada, aunque muy alejada de sus orígenes. Este empresario está al frente desde hace varios años de una compañía de campings de alto standing. Su última adquisición, un resort en la costa atlántica de Portugal, a escasos kilómetros de Nazaré, ofrece a sus clientes la mayor oferta de glamping del país, su propio parque acuático, zonas deportivas y una amplia programación de actividades durante todo el verano.

El complejo turístico abrió sus puertas el verano pasado. Además de la zona glamping, cuenta con lujosos bungalows. Todos ellos son independientes y están totalmente equipados (tienen su propia terraza, cuarto de baño, cocina completa, así como con calefacción, aire acondicionado y wi-fi gratuito). Son, según dicen, «ideales para familias o grupos de amigos de entre cuatro y seis personas, pero también parejas».

Aunque lo que de verdad llama la atención es su amplia oferta de ocio. En sus ocho hectáreas este resort dispone de piscinas, spa, parque acuático, restaurante, pistas de pádel.... «Ohai Nazaré cuenta también con parques infantiles premium, diferentes pistas deportivas en las que practicar pádel, una zona de videoconsolas, gimnasio, todas ellas sin coste adicional, así como un amplio abanico de actividades y animación desde el 1 de junio y hasta el 15 de septiembre, como yincanas, talleres de baile y juegos o espectáculos nocturnos», explican.

Vivir esta experiencia durante una semana en pleno mes de julio no baja de los mil euros. Por ese precio, los clientes pueden alojarse en bungalow premium de 32 metros y dos habitaciones. El inmueble dispone también de una amplia terraza parcialmente cubierta de catorce metros.

Todo un lujo que podría llegar a desarrollarse también en la costa de Carreño si finalmente el proyecto de Pelayo Cortina acaba saliendo adelante.

Por el momento, los vecinos verían con buenos ojos su desembarco en el concejo. «Todo lo que sea crear puestos de trabajo, bienvenido sea, aunque lo ideal sería destinarlo a lo que un día fue, un espacio de ocio para la clase obrera», afirma Ramón Rodríguez, presidente de la asociación cultural Los Serondos. Opinión similar a la que tienen en la asociación vecinal Río Espasa, donde lo único que piden es que «los vecinos puedan seguir acudiendo a las playas o a los espacios verdes. Que no se convierta en un recinto cerrado». También defienden la necesidad de mantener, aunque sea en algunos chalés, la arquitectura tan característica de Perlora.

Más escépticos se han mostrado los grupos municipales a la hora de valorar el proyecto, si bien todos coinciden en la necesidad de encontrar una solución al abandono actual de la Ciudad de Vacaciones. «La reactivación de Perlora puede ser un revulsivo económico para todo el concejo y es una pena que se encuentre en la situación de abandono generalizado en la que está», afirma Joana Canals, del PP.