El Arzobispado asegura que el gasto que precisa Valdediós es «incuantificable»

El hecho de no poder asumir el mantenimiento de las amplias instalaciones fue uno de los motivos por los que ya en 2012, sus anteriores inquilinos, los frailes de San Juan, abandonaron el monasterio. En la actualidad residen en él las hermanas Carmelitas Samaritanas, quienes también han tomado la decisión de marcharse dentro de seis meses, el próximo 16 de julio.

Para afrontar esta fuerte inversión y acometer las obras que necesita el monasterio, el Arzobispado pedirá la colaboración al Principado y a «todas las entidades que puedan ayudar». Además, se estima que -dada su magnitud- los trabajos necesarios «deberán hacerse por fases».

Desde la Diócesis se defendió la importancia y el valor de este edificio, que se encuentra situado a unos diez kilómetros de Villaviciosa, junto a la iglesia de San Salvador, conocida popularmente como 'El Conventín'. «Valdediós es un lugar querido. Tiene una historia que conservar y que escribir», se afirmó desde el Arzobispado, aunque en este momento, se añadió, «nos preocupa enormemente». Estas preocupaciones surgen cuando se habla de unas carencias y retos económicos que alcanzan -tal y como dijo el propio arzobispo, Jesús Sanz Montes, en una entrevista reciente a EL COMERCIO- «unas cantidades con las que nosotros no contamos». En el aspecto humano, se agradeció de nuevo la presencia de las hermanas carmelitas, quienes llegaron en 2016 y «vivifican» el edificio, al que le aportaron «alma» y en el que han creado «una comunidad viva».

Un edificio tan grande requiere de un mantenimiento diario, que se consigue en gran parte en el día a día si se encuentra habitado. Por ello, la presencia en él de congregaciones religiosas también condiciona el riesgo de que en el futuro sea necesario acometer una obra mucho mayor . «Hay un bloque del edificio que no está en uso desde hace años. Está vacío y parte de ese tejado necesita una reparación urgente porque se está hundiendo», explica Ángel Valle, presidente de la asociación de Amigos del Paisaje de Villaviciosa 'Cubera'.

A partir del próximo verano, en el momento en el que el monasterio se quede vacío, podría «agravarse» la situación sobre su mantenimiento, estima Ángel Valle. Pero encontrar una congregación religiosa que quiera establecerse en Valdediós se antoja complicado. «Cada vez hay menos órdenes, y muchas de ellas son 'urbanas', para estar cerca de las personas, pero no se encuentra fácilmente una comunidad de clausura que quiera utilizar este tipo de espacios», indica el presidente de Cubera.

Ángel Valle es consciente que desde el Arzobispado «se hicieron gestiones y se buscó de muchas maneras» alguna congregación hasta que llegó a Asturias la de las hermanas carmelitas. Una idea que también sostiene Severino Álvarez, presidente de la Hermandad de Valdediós, al indicar que «está haciendo todo lo que puede, pero es muy difícil mantener estas instalaciones y lograr que sean rentables».

Desde Cubera se propuso tiempo atrás una serie de medidas para incrementar la actividad turística y cultural en Valdediós, siempre de manera compatible con la forma de vida de la comunidad que habite en el monasterio. «Lo ideal es que tuviese vida religiosa y se le diese a parte del edificio un uso alternativo que lo complementase», indica Valle, y propone la creación de «un archivo histórico de la comarca». Asimismo, recuerda, los proyectos de escuelas taller dieron «mucha vida» al recinto.