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BORJA PINO
LAS VEGAS.
Jueves, 3 de febrero 2022, 00:31
La combinación de alcohol y carretera es una de las mayores y más habituales manchas que ensombrecen el panorama de la seguridad vial nacional. Sin embargo, desde hace años el consumo de estupefacientes se ha convertido en otro problema acuciante, que, además, crece día a ... día; sobre todo, entre los jóvenes. Para tratar de atajarlo, la Policía Local de Corvera se ha hecho con una partida de analizadores de drogas de utilización rápida. Y son sus compañeros del cuerpo homólogo de Avilés, habituados a su uso desde 2018, quienes les están adiestrando.
Los primeros siete agentes del municipio recibieron ayer las lecciones pertinentes en el centro sociocultural de Las Vegas; en cuanto a los restantes, de una plantilla total de diecisiete, harán lo propio esta misma tarde. Como ayer, la preparación la impartirá Santiago Osorio, inspector de la Unidad Operativa de Servicios de Avilés, y veterano en el uso de estos recursos.
Los test en cuestión son muy fáciles de emplear, y utilizan la saliva como canal de detección. Una vez tomada la muestra, por medio de una boquilla desechable y precintada, ese último objeto es introducido en un dispositivo analizador que, en el caso de los uniformados avilesinos, se halla instalado en un coche patrulla. Un rápido análisis determina si hay presencia de drogas en el organismo; de ser así, la muestra se envía al laboratorio, para determinar el tipo de sustancia y su concentración.
En total, el analizador puede identificar cinco tipos distintos de estupefacientes: opiáceos, anfetamina, metanfetamina, cocaína y tetrahidrocannabinol (THC). «Estos dos últimos son los que nos encontramos más a menudo», explicó ayer Osorio. «En el caso del THC, es relativamente sencillo saber si alguien lo ha consumido, por el habitual olor a marihuana; y, en el de la cocaína, por el alto grado de excitación».
Junto con esas dos claves, el inspector aportó algunos otros trucos para sospechar de un posible conductor, como el estado de las pupilas, «muy dilatadas si se ha tomado cocaína, y muy contraídas en el caso de los opiáceos, o del hachís». También aportó tácticas prácticas para garantizar el éxito de las pruebas ante la autoridad judicial, como «tener la documentación siempre a mano en el vehículo, para agilizar los trámites en caso de que se pida un contraste en sangre. En el torrente sanguíneo, la droga se diluye con rapidez, y podría arrojar un resultado negativo antes de llegar al hospital».
La premura es importante, a tenor de la escalada que está viviendo el consumo. «Desde que empezamos con los test, en 2018, la presencia de drogas ha aumentado sustancialmente; ahora mismo, más del 50% de las pruebas que hacemos son positivas», expuso Osorio. Tanto es así que en 2021, de los 340 análisis hechos en Avilés, 246 probaron consumo de sustancias. En cuanto a los perfiles de los infractores, el más habitual es del «varón joven, de entre 25 y 35 años».
El propio jefe de la Policía de Corvera, Antonio Durán, señalaba ayer que su voluntad es «establecer controles de forma inminente, en cuanto toda nuestra plantilla termine la formación». Dichos controles se centrarán en los escenarios de infracciones o accidentes.
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