Aena cancela la recepción a los Reyes en el aeropuerto

El repunte de positivos por coronavirus en Asturias ya a comenzado a cobrarse sus primeras víctimas en la programación navideña de Castrillón. A la vista de la evolución negativa de la pandemia, la empresa pública Aena ha decidido anular la recepción a los Reyes Magos fechada para la tarde del 5 de enero, y que habría devuelto a cientos de niños a la pista de la terminal de Santiago del Monte, tras el 'impasse' forzoso del año pasado. Así, solo las autoridades municipales y la directiva del aeropuerto se presentarán ese día ante Sus Majestades de Oriente.

La medida fue anunciada ayer por el concejal de Festejos, Roberto Santiago, quien, no obstante, insistió en que, por el momento, se mantienen en pie tanto el encuentro con Melchor, Gaspar y Baltasar en la carpa de la plaza de Europa de Piedras Blancas, como la posterior Cabalgata. No obstante, insistió en que esa tónica podría cambiar si, en cualquier momento, Salud decreta el retorno de las restricciones.

Ese afán por mantener dos de las citas más señaladas de la Navidad en el concejo no ha impedido que, siguiendo el ejemplo de la recepción en el aeropuerto, dos de las actividades incluidas en el programa de actos municipal, las fiestas de Nochevieja y de Reyes, hayan sido igualmente suspendidas. Y, esta vez, la medida parte de la propia área de Festejos, consciente de la dificultad que entrañaría evitar aglomeraciones en unas fechas tan señalas.

«Con el avance de los contagios, nos hemos visto obligados a reducir el aforo de la carpa a 350 persona, y entendemos que esa limitación es incompatible con una fiesta que debería estar abierta a todo el mundo», expuso ayer Santiago. Por lo que respecta al resto de propuestas, al igual que lo indicado para la jornada del 5 de enero, por ahora no serán alteradas. «Entendemos que están diseñadas para grupos reducidos; sobre todo, por su carácter eminentemente infantil, así que serán perfectamente controlables», acotó.

Aun sin ocultar su frustración y su tristeza, el edil apeló a la coherencia como razón principal de su dictado. En ese sentido, no negó que «nos apena, por supuesto, máxime cuando parecía que ya estábamos saliendo de esta. Pero estamos hablando de las tres citas más masivas y, por tanto, más peligrosas; tenemos que pensar en el bienestar de nuestro ciudadanos y, sobre todo, en el de los niños». Con todo, mitigó el impacto negativo de la supresión de las dos fiestas recordando que, a falta de instrucciones contrarias desde Oviedo, «la hostelería seguirá abierta. Eso dará una alternativa a la gente para que se divierta y, se paso, ayudará a los negocios locales».

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