S. G. A.
Lunes, 30 de mayo 2016, 00:46
Fue una noche larga, marcada por la lluvia que interrumpía los trabajos, pero por la mañana los distintos grupos de vecinos que trabajaron para ornamentar las calles de Braulio Busto, Valdés Pumarino y la plaza de La Baragaña constataron que mereció la pena. El Corpus Christi lució su mejor colorido en Candás con las alfombras elaboradas por los vecinos, ayudados por voluntarios que echaron una mano ante el agua que dificultaba la colocación del arroz pintado, los pétalos, la espadaña y el cenollo (estos tres últimos los elementos más tradicionales en la villa candasina), entre otros materiales.
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Un total de 41 niños tomaron parte en la procesión del Corpus -que la lluvia terminó por respetar- y además pudieron ver sobre la calzada sus nombres, elaborados por el grupo vecinal de La Baragaña. Colectivo que quiso agradecer la colaboración que el resto de vecinos les presta, así como el Consistorio, los comerciantes y la banda de gaitas de Candás.
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