
E. R.
Martes, 15 de julio 2014, 00:33
La playa de Palmera, en Candás, se cerró anteayer, domingo, por la tarde al baño debido a las numerosas quejas de usuarios que, al salir del agua, se quejaban de picores. Según explicaron ayer fuentes de Cruz Roja, entidad que asume el salvamento en los arenales del concejo, a las dos de la tarde, se acercó a ellos el primer bañista advirtiéndoles de que tenía picores en la piel. Sucesivamente, fueron llegando más, hasta que a las 18 horas y tras ponerlo en conocimiento del 112-Asturias, decidieron colocar la bandera roja en la playa para prohibir el baño. Las mismas fuentes explicaron a EL COMERCIO que, siguiendo el procedimiento habitual, ayer lunes tomaron muestras del agua del mar para trasladarlas a la Consejería de Sanidad, que es quien se encarga de su control. Desde el departamento de Faustino Blanco se indicó que aún es pronto para saber los resultados, puesto que los análisis aún se están efectuando. En cualquier caso, Cruz Roja apuntó que los socorristas inspeccionaron la zona desde una embarcación y «no vieron nada, ningún vertido». Los vecinos, que también se hicieron eco ayer del suceso, descartan que se trate por las obras, pero solicitan explicaciones también al Ayuntamiento.
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