«María Teresa era una mujer muy buena y trabajadora, estaba pendiente de todos»

«Bueno en la calle, pero por lo que nos contaba Tere, un demonio en casa». Así definía M. S., conocida de María Teresa Aladro, a la que llamaban cariñosamente Tere, al exmarido de ella y presunto asesino, Senén Fernández. A pesar de ello, nunca había denunciado a su marido ni pedido orden de protección, aunque sí había acudido a solicitar información sobre los trámites de divorcio al Centro Asesor de la Mujer de su localidad.

Llevaban más de una década viviendo en Pola de Laviana. El pasado jueves, una semana antes del asesinato, se les pudo ver comiendo a los dos juntos, con su hijo, en una sidrería a la que solían acudir. Una salida en común a pesar de que ambos estaban en proceso de separación y que ya no convivían en el mismo domicilio desde hacía varios meses. Precisamente mantener la relación con su expareja «lo hacía por su hijo», comenta M. S. y hacía que algunos conocidos no supieran que la pareja estaba separada, ya que era una situación que llevaban con discreción. La decisión de separarse la habría tomado María Teresa tras el fallecimiento de su madre, el pasado mes de noviembre. La relación aunque ya estaba deteriorada se resquebrajó, según conocidos de la pareja, cuando ella decidió abandonar el domicilio familiar, en la calle del Puerto de Pajares, y se instaló en el piso que sus padres tenían en la calle del Puerto de Tarna, donde ayer fue asesinada.

Tere era natural del pueblo casín de Caleao, donde vive su padre y parte de su familia. Todos coinciden en destacar que se trata de una «mujer muy buena, pendiente de todos, y muy trabajadora». «Estaba en una residencia donde la querían mucho», explicó R. M., aunque reconocen que «tenía desde hace años problemas de nervios». Algo que no le impidió cuidar de su marido cuando en 2019 estuvo ingresado varios meses en el hospital.

Senén Fernández es natural de la parroquia de Llanos, en Aller. Desde su matrimonio vivía en Pola de Laviana donde había formado una familia. Es trabajador autónomo y el próximo 3 de agosto cumplirá 52 años. Le gusta la caza, aunque sus conocidos apuntan a que «nunca ha sido un hombre violento, es increíble que haya disparado a Tere», apunta M. R. con quien coincidía casi a diario en Pola de Laviana.