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¿Saben como nació la exitosa marca 'Asturias, paraíso natural', una de las más exitosas de la historia del turismo internacional? Recuerda Emilio Serrano, -uno de los que estaba sentado en 1985 a la mesa con el fallecido Pedro Piñera, consejero de Obras Públicas, Transporte, Comunicación y Turismo, cuando se inventó el famoso lema- que por aquel entonces había un buen entendimiento entre las asociaciones turísticas y el Principado, la famosa colaboración público-privada de la que tanto se habla 40 años después. Desde entonces, puede decirse que, en cuanto al sector turístico, en Asturias ha cambiado todo. De apenas tener plazas hoteleras en los primeros años 80 del siglo pasado a ser toda una potencia del turismo y de naturaleza. «En aquel momento, no había oficinas de turismo en ningún sitio, salvo Oviedo y Gijón, y se creó un equipo de gente, con Pedro Piñera al frente, para intentar que cada ayuntamiento tuviese, al menos, una caseta», nos contaba en su día Serrano. Ese fue el primer paso de la nueva estrategia.
«Recorrimos toda Asturias primero, después toda España, y empezamos a ir a Fitur con nuestro producto distintivo, el turismo rural. Yo estuve muchos años al frente del estand del Principado en la feria», nos contaba hace tiempo el empresario licorero riosellano. Fue entonces cuando se pensó en buscar «una frase que fuese un enganche». Se contrató a «una empresa catalana de marketing y asesoría turística», se habló sobre el tema y todo parece indicar que se acertó. «Cuando salió la idea del 'Paraíso natural', a todos nos pareció buena«, recuerda. No hubo votación, solo gestos de asentimiento». Luego vino la imagen de Arcadi Moradell, que funcionaba muy bien, pues aunaba paisaje, cultura, tradiciones...». Esos arcos prerrománicos enmarcando un paisaje asturiano, que sufrieron un par de retoques a lo largo de estos 40 años para modernizarse y simplicarse, suponen una de las imágenes más representativas de nuestra tierra. Poco a poco se empezó a trabajar con el tema de la gastronomía, impulsando las cofradías de la mesa y las jornadas gastronómicas junto a las asociaciones hosteleras, lo que hoy es Otea. El otro puntal del plan estratégico fueron las casas rurales. «Puede decirse que hoy es el refugio de un turismo nacional en el que estamos a la cabeza, la gente vuelve a buscar el campo, el verde, la tranquilidad. Fue otro acierto», cuenta Serrano. Si en 1985 nació el 'Paraíso natural', en 1986 abrió La Rectoral de Taramundi, el primer alojamiento rural de Asturias. Sin embargo, lo cierto es que mientras que todos los indicadores son positivos, lo cierto es que las peores cifras la registra el modelo asturiano de turismo rural, que parece estar agotado después de casi medio siglo de evolución. Aún así, la gastronomía, el paisaje y la cultura siguen siendo nuestros principales reclamos, y Asturias es ya toda una potencia turística en el norte de España.
La región cerró el año 2024 con 8.969 establecimientos de alojamiento que ofrecen un total de 113.875 plazas, 28.366 de ellas hoteleras. El incremento paulatino de las viviendas de uso turístico y vacacionales hace que la suma de plazas de este tipo alcance ya las 29.313, por primera vez superan a cualquier otra modalidad de alojamiento. Los campings suponen 26.149 plazas, siendo el tercer sector por número de plazas, según el informe de balance realizado por Otea. El sector hotelero, en los últimos doce años, ha perdido más de 2.000 plazas, más de un 7%, mientras que el turismo rural ha crecido solo en 1.0000, algo más del 5%. En esos mismos 12 años, sin embargo, el crecimiento de las viviendas turísticas y vacacionales ha sido exponencial con crecimientos de más del 1.500%, lo que las convierte en el modelo preferido para hacer turismo en Asturias.
2024 se cerró con más turistas (2.694.119) que 2019 (2.355.972), lo que representa un 14,35 por ciento de aumento, apunta Otea, que abunda que todas las modalidades de alojamiento reciben ya más turistas que en 2019, año anterior a la pandemia que lo trastocó todo, salvo la excepción mencionada del turismo rural. En pernoctaciones se mantienen cifras de récord, con 6.526.485 en 2024. El número de pasajeros que han llegado al aeropuerto de Asturias a lo largo del 2024 alcanzo ya casi los dos millones de personas, un ligero descenso en el número de vuelos y pasajeros respecto al año 2023, influenciado por la mejora del transporte ferroviario, con 7.000 trenes, 900.000 viajeros y 97% de ocupación: la apertura de la variante de Pajares y la puesta en marcha del Ave ha supuesto un hito histórico para el turismo asturiano.
El éxito del paraíso asturiano sigue estando muy ligado a la estacionalidad -sobre todo, del 15 de julio al 15 de agosto-, lo que provoca inquietantes situaciones de desequilibrio: así, mientras los concejos turísticos se llenan en verano -con el consecuente aumento para ellos del gasto en servicios como recogida de basuras y salvamento en playas-, los inviernos se hacen muy largos para el sector.
También ha supuesto un problema evidente este verano la incapacidad de algunas zonas para absorber en tiempos de 'llenazo' el volumen de visitantes. Si para los Lagos se buscó el Plan de Transporte, cerrando el acceso a vehículos, en otros puntos aún no se han encontrado soluciones, con situaciones que rozan la masificación, provocando molestias a los vecinos por la falta de previsión. En otras zonas del país ya se han realizado manifestaciones pidiendo un turismo ordenado, pues la llegada masiva de visitantes y la adquisición de casas y pisos para uso turístico ha disparado los precios de la vivienda, sobre todo en las ciudades. Ya se habla de 'Turismofobia', pero Asturias está en buena disposición de aprender de los errores de otras zonas más turísticas y frenar esos efectos indeseados del tan necesario turismo.
También está el tema de los gastos -y los riesgos innecesarios- que ocasionan a los servicios de emergencias las continuas operaciones de ayuda y rescate que se han tenido que realizar este año, sobre todo en las zonas de montaña y los Picos de Europa. Todo ello puede hacer que, si no se gestiona bien, el turismo asturiano pueda morir de éxito en verano y siga languideciendo en invierno. Sobrevuela desde hace tipo la posible implantación de una tasa turística, como hacen en miles de destinos de todo el mundo, muchos de ellos en España, una solución que los empresarios del sector no ven con buenos ojos. El futuro dirá, aunque de momento no parece que ni Gobierno ni oposición estén muy por la labor de ponerla en marcha en Asturias, a pesar de que son muchos los ayuntamientos que la necesitan para garantizar la viabilidad de sus servicios durante la temporada alta.
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