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Fue una jornada histórica, pero no redonda, la del estreno del AVLO en Asturias. El AVE con salida de Vinarós a las 10:27 y destino Gijón circuló con casi tres horas de retraso. 167 minutos eternos que se sumaron al largo viaje de uno de los trenes que más kilómetros recorre de España. Una «serie de incidencias en cascada» obligaron a detener el ritmo del tren entre Cuenca y Madrid. A ello se sumaron problemas en la línea Madrid-Segovia-Valladolid y todo ello degeneró en una serie de parones que, gracias al maquinista, no desquició a los viajeros.
Ante tal panorama, el conductor tiró de sorna y, según se puede escuchar en el audio facilitado por Onda Cero León a este periódico, arrancó su mensaje con un «hemos hecho lo que hemos podido, parando, templando y mandando lo que hemos podido».
El maquinista quiso también aclarar, para tranquilidad de los usuarios de ese AVE que lo previsto era que el tren viajase «con dos composiciones, por eso algunos de ustedes se han despistado pero no, no estaban despistados, los coches 5, 6, 7 y 8 no existían y les hemos tenido que reubicar».
Arrancaban así las primeras risas entre los viajeros, que continuaban muy atentos a la siguiente frase ingeniosa del maquinista que tan ameno les estaba haciendo el periplo. Y se volvió a superar. «Problemas del directo, que les vamos a contar. A ver si antes de que me jubile veo ya la estación de Chamartín acabada». Las risas se mezclaron en ese momento con los aplausos antes de que el conductor del tren se despidiese del pasaje, que le acabo jaleando. «Es todo, muchas gracias, les pedimos disculpas y aún así tenemos la osadía de pedirles que vuelva a viajar con nosotros». Nunca el enorme retraso de un tren se convirtió en algo más propio del Club del Comedia.
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