Lo dijo en la sesión inaugural: la suya, la que ella representa, es la universidad más joven de las diez que componen la alianza ... Ingenium, que ha echado a andar esta semana desde Asturias. Frente a la trayectoria de siglos de la Universidad de Oviedo, la Universidad Tecnológica de Munster (Irlanda), tiene apenas dos años de vida. Pero, como dice Maggie Cusack, su rectora, «¿qué sentido tendría trabajar con otras nueve universidades iguales? Es la diversidad lo que nos hará crecer». Cusack es una de las tres rectoras que ha participado en el encuentro inicial de Ingenium, considerado el mayor campus europeo.
-Preséntenos su universidad: historia, grados, alumnos...
-Es una univesidad muy joven, comenzamos en enero de 2021. Somos la unión de dos institutos tecnológicos que tenían su propia historia. Tenemos 18.000 estudiantes y 2.000 empleados. Estamos ubicados en el suroeste de Irlanda y trabajamos en contacto estrecho con la industria, en la zona hay una gran presencia de multinacionales y de industrias tecnológicas. Ofrecemos todos los grados que cabría esperar de una universidad tecnológica, pero también tenemos una gran vocación de diversidad, por lo que también hay una gran Escuela de Artes, una Escuela de Música...
-Habla de contacto estrecho con las empresas de la zona.
-Tenemos una vocación muy clara de servir a la región donde estamos, estamos muy comprometidos con la industria local. Eso permite que los estudiantes van a tener prácticas en las empresas y posiblemente un puesto de trabajo. Tenemos seis campus...
-¿A cuánta distancia?
-130 kilómetros es la distancia máxima. Están en áreas urbanas pero también rurales, y eso da la posibilidad de que quienes quieran permanecer en las áreas rurales lo puedan hacer, que no haya fuga de cerebros. Cuatro campus están en Cork y dos en Kerry.
-¿Como surgió la unión de los dos institutos?
-El gobierno irlandés ha fomentado la creación de nuevas universidades tecnológicas a partir de institutos ya existentes. La idea es que las universidades pueden tener más beneficios, acceder a mayores colaboraciones, a más fondos... La primera de estas universidades se creó en Dublín en 2019 y ahora somos cinco.
-¿Por qué deciden sumarse a una alianza como Ingenium?
-Cuando se creó la Universidad de Munster tuvimos que elaborar el plan estratégico a cinco años, en el que marcamos cinco grandes objetivos: enseñanza, gente y comunidad, desarrollo, investigación y proyección global. La alianza atiende a este último objetivo, además de poder recibir todos los beneficios que las diez universidades.
«Tenemos campus en zonas rurales, para que la gente que se quiera quedar pueda hacerlo»
-Diez universidades que son muy distintas entre si: tradicionales, de Medicina, de Ciencias Aplicadas, Tecnológicas... ¿Cómo aunarlas en un proyecto común?
-Es un reto, pero eso es precisamente lo que hace interesante la alianza. No tendría sentido unir a diez universidades iguales. Necesitamos ser diferentes para aprender los unos de los otros y que el todo sea más importante que las partes. Esa diversidad es lo que nos hace fuertes. Ser diferentes nos permite también unir las fortalezas de cada una de ellas. En Ingenium, cada universidad va a liderar un paquete de trabajo.
-El suyo es Emprendimiento.
-Es en lo que somos más fuertes. Tenemos muchos vínculos y acuerdos con las compañías y dos incubadoras de empresas que están teniendo mucho éxito. Les damos a los estudiantes la oportunidad de desarrollar ideas de negocio que, si son buenas, apoyaremos. Además, tenemos el reto de innovación, en el que las empresas les plantean un problema real para que busquen la solución. Es muy interesante comprobar el valor añadido con el que muchos grupos afrontan el reto. Aunque en el futuro no emprendan, habrán aprendido habilidades muy importantes para ser más competitivos. Lo que queremos es trasladar a Ingenium toda esa experiencia. Y nosotros podemos aprender mucho de los demás. Como la charla que hemos tenido en Oviedo sobre igualdad de género.
-¿Qué otros beneficios espera obtener para su universidad?
-Estamos emocionados por explorar todas las posibilidades de colaboración que la alianza va a abrir. Mi visión personal es que uno de los grandes éxitos sería la investigación conjunta, que hiciéramos más investigación y pudierámos acceder a más financiación. Además puede haber un gran aprendizaje derivado de la movilidad de estudiantes y profesores. Y aspirar, claro, a los títulos compartidos tanto de grado como de doctorado.
-¿Es la parte más complicada de alcanzar?
-Es un reto, porque cada país tiene legislaciones diferentes. Tenemos que trabajar para saber qué hay que hacer para conseguir la armonización legislativa.
«La situación de Europa hace patente la necesidad de trabajar de forma conjunta»
-En la presentación, muchos de ustedes hablaron del papel de las universidades en «tiempos convulsos» para Europa.
-Hay una guerra, una crisis energética, una crisis financiera... Todo ello hace patente cómo de importante es trabajar de forma conjunta, crear oportunidades para cuanta más gente mejor... Las universidades deben contribuir aportando una buena formación a la gente y posibilidades de salir adelante.
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