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El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación aseguraba ayer en Oviedo que «entiendo» y «estoy del lado de los ganaderos» en la polémica generada por los ataques del lobo, cuyo impacto en el medio rural asturiano es cada vez más problemático. Aunque, eso sí, « ... la solución a este asunto, preservando nuestra biodiversidad, no es sencilla», aseguraba Luis Planas. «Tenemos un problema fundamental, que es la ausencia de datos sobre la realidad a la que nos enfrentamos», indicó acto seguido.
Así que, según el ministro, será necesario esperar a que se formalicen esos datos, empezando por un censo de los lobos existentes, para poder hilar fino en la gestión y control de una especie adscrita al régimen de protección especial por el Ministerio de Transición Ecológica. Trabajo que «es competencia de otro ministerio (el de Transición Ecológica) y de las comunidades autónomas», derivó Planas. El Principado ya cuenta con su propio plan de gestión y control, que , aun estando en vigor, presenta cierta «vulnerabilidad jurídica», a falta de que el Ministerio de Transición Ecológica valide los censos elaborados por la comunidad.
Con mayor conocimiento de la situación «se podrá hacer un mejor control», prosiguió el ministro. Y fue más allá: «Desconozco cuántas extracciones son necesarias. Pero, con la ley en la mano, si son necesarias, se harán». Entretanto, abogó por «poner a disposición de los ganaderos elementos suficientes» para apaciguar su «preocupación y angustia» ante los ataques cada vez más frecuentes del lobo. Los sindicatos del sector le reprochaban ayer que no los hubiese recibido. Desde el Principado lo atribuyeron «a la agenda programada».
Luis Planas hacía estas declaraciones en Oviedo, tras un encuentro de trabajo con el presidente del Principado, Adrián Barbón; el consejero de Medio Rural, Alejandro Calvo; y la delegada del Gobierno, Delia Losa. En su visita a Asturias, se reunió con ganaderos de razas autóctonas y conoció la lonja de Avilés junto a la nueva secretaria general de Pesca, la asturiana Isabel Artime. No trajo soluciones al problema del lobo, pero «vino con buenas noticias», quiso destacar Adrián Barbón.
Como, por ejemplo, que «en 2023 se duplicará la capacidad pesquera de la cornisa cantábrica» -superando las 99.000 toneladas-, con la posibilidad de conseguir captura complementaria para la xarda y la bacalada. También que «la nueva PAC (Política Agraria Común) se ajusta como anillo al dedo al sector primario asturiano», con un aumento de las ayudas europeas a la ganadería de hasta un 22%, y un complemento adicional del 15% para las mujeres que asuman la titularidad de explotaciones.
Poco aclaró, no obstante, de lo que supondrá para el campo asturiano la aplicación de lo que se conoce como eco-regímenes, a los que están vinculadas el 25% de las ayudas directas de la PAC y que implican «esfuerzos complementarios» en sostenibilidad. Pero «animo a todos los que puedan a acogerse a ellos». La cuestión, resumió Barbón, es que «la PAC ha salido bien para Asturias». La región ha recibido, además, 19,3 millones de ayudas para compensar el incremento de los costes de producción. Ayudas que beneficiaron ya a 7.500 ganaderías.
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