Los lobos matan a una ternera en Nava y a un perro en una cacería en Cangas del Narcea

En las últimas horas, los lobos acabaron con una ternera en Verdera (Nava), donde también hirieron a otra, y devoraron a un perro que participaba en una cacería en los montes de Sillaso (Cangas de Narcea). Ambos sucesos preocupan a los vecinos, pues consideran que los lobos están cambiando sus hábitos, acercándose cada vez más a las actividades humanas.

Los ganaderos de Nava consideran que el problema «no se está sabiendo gestionar desde las administraciones». César Vigil, vecino de Verdera, se encontró ayer por la mañana con una de sus terneras muertas y otra malherida. Según señalaron los vecinos que acudieron a apoyarle, se trata del sexto ataque en poco más de un mes. «Exigimos una solución, el lobo ya está actuando de día y al lado de las viviendas. Puede pasarle algo a una persona, porque es una zona donde además hay niños que juegan en el exterior y andan en bici», advierte el también ganadero David Maújo, quien añade que «aquí nadie recuerda que haya habido lobos, la gente de noventa años jamás tuvo estos problemas».

Los afectados amenazan con iniciar movilizaciones. «Estamos en medio de las consejerías de Desarrollo Rural y de Medio Ambiente, desprotegidos y sin que veamos que haya interés por hacer algo», apuntaron. Por su parte, desde el Ayuntamiento de Nava insisten en la necesidad de denunciar de forma oficial todos los ataques.

En cuanto al caso de Cangas del Narcea, tuvo lugar la mañana del sábado, en plena cacería de jabalí. Uno de los perros que participaban en la batida, 'Roco', fue devorado por cuatro lobos, que solo dejaron la cabeza y los cuartos delanteros del can. José Manuel Ron, presidente del Coto de Cangas del Narcea, indicó también que los lobos están cambiando su forma de actuar. «En una cacería hay mucho ruido, con varios perros, por lo que te escuchan perfectamente. Antes escapaban, pero ahora se meten entre la maleza y pasas a su lado sin que te enteres de que están ahí», dice.

En este caso, 'Roco' tenía colocado un GPS y los cazadores vieron que no se movía. «El perro iba detrás de los jabalíes y en un momento se quedó quieto. Al ir a ver lo que pasaba, se encontraron a los cuatro lobos comiéndolo», explica Ron. Cerca iba otro cachorro que pudo ser salvado por los cazadores cuando ya le atacaban los lobos. El presidente del coto cuenta que «el perro se tuvo que dejar en el monte hasta que llegara el guarda del Principado. Se colgó para que no comieran los restos y cuando llegaron el guarda y el dueño del perro ya estaba otro lobo allí». El caso es que «el año pasado ya nos mataron varios perros».