La lluvia y las restricciones por el cierre perimetral restó afluencia al mercado semanal de Mieres. MARIO ROJAS

La lluvia del «pesimismo» cala con el cierre de Mieres

La entrada en vigor del máximo nivel de restricciones se sumó al mal tiempo en la jornada del mercado, con un descenso de las ventas

ALEJANDRO FUENTE

Domingo, 11 de abril 2021

Amaneció Mieres ayer como hiciera el sábado, con un cielo encapotado por las nubes que no dejaban de descargar lluvia –en diferente intensidad, pero constante– sobre un municipio cerrado, otra vez, por la alta tasa de positividad por coronavirus. El concejo ha venido registrando una incidencia acumulada de más 300 contagios por cada 100.000 habitantes en las últimas dos semanas. Y fue este el motivo por el que el Principado decretó el nivel de alerta 4+, lo que implica el cierre perimetral y el cierre del interior de los establecimientos hosteleros, entre otras medidas. Es la segunda vez que se produce esta situación. La anterior fue entre los pasados meses de enero y febrero. Que se repita esta situación deja un sentimiento claro entre la ciudadanía, palabra que se repetía en numerosas ocasiones: «Pesimismo».

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Este sentimiento de desánimo de la población se sumaba ayer a la lluvia que caía sobre Mieres en el día que celebra el mercado semanal, el de los domingos. «Cómo vamos a estar. Mal. Se cierra el concejo y la poca gente que podría acudir se queda en casa por este mal tiempo», se quejaba el responsable de un puesto de pollos asados, que se instala cerca de la plaza de abastos.

Muchas calles cerradas al tráfico para poder aumentar la superficie de instalación de puestos –«de este modo se puede respetar las distancias de seguridad», señalaba Irene Mier en su puesto de alimentación–, pero había muchos menos comerciantes ambulantes que en semanas anteriores. «No hay ganas de acudir para nada». Cada sector se encuentra concentrado en una zona concreta. Los de alimentación, todos, en un mismo lugar, así como los de ropa u otros enseres. «Al final, si se decide cerrar el mercado teniendo en cuenta los productos, solo afectaría a un lugar en concreto y no en todos», explicaba Mier quien acude al mercado desde Gijón.

La percepción era generalizada en los puestos. «Hay mucha menos gente. Por norma general, acuden clientes de otros concejos de la comarca, de Aller, de Lena o de Riosa. Pero hoy –por ayer– no y los de Mieres, con este tiempo, prefieren quedarse en sus casas», apuntaba Mier.

Responsabilidad ciudadana

En principio, serán catorce días de aplicación de estas medidas de restricción en el municipio del Caudal. Desde el Ayuntamiento ya se hizo un llamamiento a la ciudadanía pidiendo «responsabilidad y compromiso» ante esta nueva situación y recordaba que es el esfuerzo conjunto el que nos permitirá salir cuanto antes de este nivel de riesgo. «Llevamos un año muy complicado y en cada paso hemos estado a la altura de las circunstancias. Estoy seguro de que vamos a seguir estándolo», señalaba el regidor, Aníbal Vázquez. El alcalde reclamó intensificar las medidas de protección y prevención y, por supuesto, cumplir con las nuevas normas. «No es momento de bajar la guardia, sino de seguir poniendo de nuestra parte para evitar la transmisión del virus», insistió, a la vez que agradeció el esfuerzo durante todos estos meses a los vecinos del concejo, a quienes pidió reforzar el compromiso con la salud de todas y todos en este nuevo escenario.

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«El Ayuntamiento ha sido la única administración que ha cumplido con la hostelería», declaraba Antonio Celis, del bar Entrecopas. «Nos cuesta más abrir que estar cerrados, pero claro, hay que hacer frente a los gastos de los seguros sociales y el resto de impuestos; hay que generar algún tipo de ingreso, no como la anterior vez, que el cierre fue total y estuvimos exentos de esos pagos».

En los comercios, que ayer también abrían al público, notan la bajada de la clientela. «Es que claro, con este mal tiempo... Todo suma. Las ventas han bajado ya en toda la mañana», comentaba Rubén Fernández tras el mostrador de de su negocio de alimentación. «Ya sumamos muchas crisis y cierres, pero seguimos aguantando. No nos queda otra», decía el expresidente del Caudal, Roberto Ardura, en su tienda de calzados.

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