El conductor que mató a un joven en Llanera tenía orden de busca y captura y el carné retirado

Los hechos se comprimieron en un espacio temporal de menos de media hora. Todo comenzó pasados 15 minutos de las doce del mediodía. En la avenida de Oviedo, aún en la demarcación de la parroquia de Porceyo, una patrulla de la Policía Local advirtió de que un vehículo, de la marca Volkswagen color blanco, circulaba por encima de la velocidad permitida. En ese momento, los agentes procedieron a darle el alto y su sorpresa se acrecentó cuando se dieron cuenta de que el conductor del vehículo, lejos de aminorar la marcha, aceleró para incorporarse definitivamente a la AS-II.

Empezó entonces una persecución de más de 20 kilómetros, que terminaría con la vida del joven. Según ha podido saber este diario, hasta tres patrullas de la Policía Local, escudados por un helicóptero de la Guardia Civil, así como de una unidad de la Comandancia de Gijón, intervinieron para dar caza a los fugados. Fue entonces, cuando tras más de 15 kilómetros circulando a mucha velocidad, el conductor del vehículo, sobre el que pesaba una orden de busca y captura, decidió desviarse a la altura del área industrial de Silvota, en el concejo de Llanera, donde viró a la derecha para incorporarse a la AS-17 en dirección a la capital del concejo.

A mitad del trayecto, entre el desvío de la autovía y Posada, justo a la entrada de una pequeña casa roja, a dos alturas y pegada a la vía, se encontraba Juan Carlos. Nunca pudo imaginar lo que iba a suceder. Y es que justo en ese punto, a las doce y media, fue brutalmente atropellado después de que Constantino N. M. realizase una maniobra invasiva por el arcén para adelantar a otro vehículo y le propinase un impacto mortal, que le desplazó varios metros sobre la vía. Según indican fuentes policiales, fue la propia familia del fallecido la que segundos después se dio cuenta de lo sucedido y puso los hechos en conocimiento de la Guardia Civil, que ya había sido avisada de la persecución y que había dispuesto un amplio despliegue de medios para dar caza a los fugados.

El hecho de haber atropellado al joven Juan Carlos no frenó a C. N. M. en su objetivo de escapar de la Policía y por segunda vez emprendió la huida en dirección a Posada de Llanera. Una vez en la localidad, y tras tomar la segunda salida en una rotonda, a la altura del bar El Cruce, viró a la derecha para meterse por la calle del mismo nombre. Sus minutos de libertad estaban contados. Tras recorrer algo más de 70 metros volvió a girar, en esta ocasión a la izquierda, para incorporarse a la calle Carrión. Allí, detuvo su coche.

Según explicaron a este diario testigos visuales de lo sucedido, tras estacionar su vehículo en medio de uno de los carriles, Constantino N. M. salió «como un resorte», dejando a su acompañante, R. G. R, en el interior. «Fue muy rápido; el hombre se tumbó en la acera justo al lado de un coche rojo que había aparcado», describen los testigos. Prueba de la alta velocidad a la que circulaba cuando cometió el atropello es que su vehículo presentaba marcas de haber sufrido un fuerte impacto, afectando a la parte delantera derecha, la del copiloto, y al cristal.

Fueron, finalmente, los agentes de la Policía Local de Gijón, que habían emprendido la persecución a más de kilómetros de distancia, quienes les dieron caza a los dos en la misma calle. En un primer momento, se les llevó al cuartel de la Guardia Civil de la localidad, ubicado justo enfrente del Ayuntamiento. Fuentes cercanas a los hechos, confirmaron a este diario que el varón fue detenido de inmediato y trasladado al puesto de Oviedo, mientras que su acompañante quedó en libertad.

Una vez en las dependencias policiales se comprobó el historial delictivo de Constantino N. M., quien, además de tener vigente una orden de ingreso en prisión, se encontraba conduciendo después de haber perdido todos los puntos del carné. Además, sobre él también pesan antecedentes por cometer más delitos de tráfico y contra el patrimonio.

El despliegue de medios de las fuerzas policiales fue inmediato, en el lugar del atropello. Casi una decena de vehículos de la Guardia Civil se repartieron por la zona para comenzar a trabajar en el caso, a cargo del equipo de Atestados de Tráfico del Instituto Armado, que comenzaron a colocar en la zona las clásicas marcas, de color amarillo, a realizar mediciones para esclarecer con exactitud como Juan Carlos había perdido la vida. La orden para levantar su cadáver se produjo a la una y media de la tarde, momento en el que fue trasladado al Instituto Anatómico Forense para la práctica de la autopsia.

Todo este proceso, sumado al despliegue policial, ocasionó pequeñas retenciones, que fueron controladas por dos agentes de la Policía Local de Llanera. Tras haber recopilado las pruebas necesarias la zona recuperó la normalidad, en lo que a tráfico se refiere, a las dos y media de la tarde.

No es la primera vez que el kilómetro 19 de la AS-17, a su paso por el municipio de Llanera, vive una situación que termina con un final trágico. El pasado mes de abril otro vecino del concejo, Víctor Pérez, de treinta y nueve años , también perdía la vida después de colisionar con su moto contra un vehículo pesado, que salía de un negocio, a escasos 60 metros de donde sucedieron ayer los hechos. En la ocasión anterior, el camión se disponía a incoporarse a la vía, cuando el motorista impactó, que intentaba hacer un adelantamiento, chocó frontalmente contra él.