Chelo Tuya
Gijón
Martes, 28 de febrero 2023, 14:03
Son 2.140 los asturianos que están en lista de espera para una plaza pública o concertada geriátrica. De ellos, 1.810 esperan por una habitación en una residencia. Los otros 330, por acudir a terapia en un centro de día. Del total, la ... inmensa mayoría, 1.520, son mujeres. En cuanto a las personas que esperan para lograr residir en un geriátrico, solo 38 son autónomas. Es decir, no tienen ningún tipo de dependencia. Las peticiones más abundantes, 1.616, las realizan personas que «precisan apoyos considerables para la realización de las actividades diarias». Son 156 las peticiones que llegan de personas que «que requieren de apoyos generalizados debido a sus condiciones especiales de salud mental».
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Esa es la radiografía de la lista de espera elaborada por el organismo que gestiona la red geriátrica pública, Establecimientos Residenciales para Ancianos (ERA) para la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar. La consejera Melania Álvarez ha reconocido en el Parlamento asturiano que «es una cifra que nos preocupa mucho» a la vez que ha anunciado claves para descongestionar el acceso: «El nuevo decreto de valoración de la dependencia, que entró en vigor el lunes, y, al tiempo, una instrucción en cuanto a la gestión de esas listas de espera».
Las palabras de Álvarez llegaron tras la pregunta realizada en el pleno por el diputado de Ciudadanos Manuel Cifuentes: «¿Considera que las residencias del ERA se mantienen en unas condiciones dignas para su uso?», a lo que la consejera respondió con un escueto «sí».
Manuel Cifuentes recordó las quejas de los trabajadores respecto a las condiciones de trabajo y a la necesidad de mejorar el servicio, algo que, dijo, «cualquiera que tenga que visitar a alguien en una residencia puede ver». Con informaciones de EL COMERCIO, como «la entrevista a la gerente del ERA, en la que reconoce que hay más demanda y los ingresos se han ralentizado debido a los cambios del modelo de cuidados de larga duración», así como la preocupación del sector privado «por los costes que ese cambio producirá», resumió que la consejería de Derechos Sociales y Bienestar es «un foco de incendios».
Una crítica a la que le dio la vuelta la consejera. «Ser un foco de incendios nos ha permitido tener el una visión muy detallada del problema que atraviesa la gestión de las políticas sociales y poner sobre la mesa soluciones al corto y al medio plazo». En esa línea, recordó que el presupuesto del ERA «ha registrado el mayor aumento de su historia en esta legislatura», así como de plantilla «que quedará consolidada en 2.300 personas».
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En relación al nuevo modelo de cuidados de larga duración, la consejera insistió en que «como hemos hecho toda la legislatura, se hará de la mano del sector privado».
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